Miguel Pato y Ana Avellano (PD)-. «Lo niegan quienes tienen la desgracia de no haber recibido una información académica o bien aquellos que desean engañar o que cierran los ojos». Es Juan Luis Arsuaga hablando del origen de las especies a través de la selección natural que postuló Darwin.
El autor de “El reloj de Darwin” explica que, si bien este científico está asociado comúnmente con la Teoría de la Evolución, él no fue el primero en plantearla.
“Otros autores ya lo habían hecho antes. Darwin lo que propuso fue lo que buscan los científicos: explicaciones. Lo que encontró fue la explicación para el hecho de la evolución. Él lo llamó, la selección natural.”
Tenía que convencer a toda la comunidad científica de su época. Para ello empleó el símil de la agricultura y la ganadería.
“El hombre selecciona las mejores especies para obtener con esta selección artificial el mejor resultado posible. El hombre es el agente de esa selección. Con la naturaleza a Darwin le faltaba el agente que seleccionara. Lo encontró en la lucha por la vida”.
Y años después de la publicación de El origen de las especies a través de la selección natural, escribió un segundo trabajo en el que trataba de forma particular el origen del hombre. En este volumen, cuenta Arsuaga, postuló otro mecanismo que llamó la selección sexual.
“Es la competencia, no ya por sobrevivir, sino por la pareja y la reproducción. Darwin puso como mecanismo principal para entender la evolución del hombre a la selección sexual. Le daba mucha importancia al erotismo.”
SIN DOGMAS
Algunos críticos con la Teoría de la Evolución achacan a la misma que es una teoría y no haya alcanzado el rango de ley. Juan Luis Arsuaga responde que
“Los científicos no elaboramos dogmas de fe ni quemamos a los que no están de acuerdo con esos dogmas. Aquí todo el mundo puede opinar. No se quema a nadie por estar en contra de una teoría científica por muy establecida que esté.”
