(PD).- Todavía se enmaraña más la madeja del lío entre Peñafiel y Ussía por un episodio de la vida de la Reina Sofía. Pilar Urbano ha entrado al trapo: «Son cosas que pasan le diría a Jaime Peñafiel, cuando se copia y no se dice, hasta que a uno le pillan en un «ay, que no lo copié bien» y, en lugar de apechar, se refugia -ahora sí- en la autora«.
«El pasado 24 mayo 2009 se publicó un artículo en el suplemento Crónica en el que se decía que Alfonso Ussía y Jaime Peñafiel habían discutido -con versallesca esgrima sobre papel- acerca de un accidente náutico ocurrido en febrero de 1960 en el puerto de Génova, que ninguno de ellos presenció y que a mí me contó en 1996 su Majestad la Reina».
En una ‘Carta al Director’ de El Mundo, la periodista recuerda:
«Salvo desmemoria o lapsus marinero de Doña Sofía, las cosas sucedieron tal como están en mi libro La Reina, del que Peñafiel lo tomó: «Íbamos a todo meter. El barco giró bruscamente, y me golpeé la cabeza con el sotavento. Salí despedida y caí al mar. El agua estaba helada. Y yo me hundía en el hielo porque, al caerme vestida, el pulóver y el anorak no me dejaban bracear. Tuvieron que tirarse al agua Constantino y Eskitzoglou. Entre los dos me sacaron».
La entonces Princesa Sofía se golpeó, pues, con el borde de la embarcación, por el costado llamado de sotavento. A mí igual me daba que el golpe fuera contra el sotavento, o contra el palo botavara, como sugiere Ussía. Yo escribí lo que la Reina me dijo. Y punto. Quien quiera saber más, que pregunte… a la Reina».
Y Pilar Urbano le clava la puntilla al cronista Peñafiel:
«Concluye Peñafiel su fragmento «Alfonso: la Urbano se lo atribuyó a la Reina» con la frase: «Son cosas que pasan, querido Alfonso». En efecto, son cosas que pasan le diría a Jaime Peñafiel, cuando se copia y no se dice, hasta que a uno le pillan en un «ay, que no lo copié bien» y, en lugar de apechar, se refugia -ahora sí- en la autora».
