Hasta El País denuncia la torpeza de ZP por empeñarse en cerrar Garoña

Hasta El País denuncia la torpeza de ZP por empeñarse en cerrar Garoña

(PD).- La economía española está hecha unos zorros. No ayuda a esto la nefasta política energética de España, que sigue dependiendo de otros países para nutrirse a un precio desorbitado. Y para más inri, ZP se ha emperrado en el colegial «Nucleares no» y quiere cerrar la central de Garoña. Los expertos se echan las manos a la cabeza. Y hasta El País denuncia el momumental lío que va a montar.

Si el Gobierno no fundamenta de forma convincente la decisión de cerrar Garoña, corre el riesgo de que Nuclenor, la empresa propietaria, reclame una cuantiosa indemnización por expropiación de lucro cesante, el que la compañía dejará de percibir cuando se cierre la planta.

Según el editorial de este miércoles del diario de PRISA, «en la exposición de motivos de la orden ministerial que faculta el cierre no aparecen causas razonables por las cuales se toma la decisión».

Porque, por más que se esfuercen los redactores de la orden, apostar por el desarrollo de las energías renovables, un propósito laudable, no es causa de cierre de una instalación que cumple con sus exigencias de seguridad. Establecer por ley que la vida útil de una central nuclear equivale a su vida de diseño eliminaría todos los riesgos jurídicos de reclamación y posible indemnización. El problema ahora es que la decisión de cierre es anterior al cambio legal que anunció Zapatero.

El diario de Javier Moreno concluye así su palo al Gobierno:

La pertinacia del presidente y su grupo de asesores energéticos -entre los que no parece contar demasiado el ministro de Industria, Miguel Sebastián- ha conseguido convertir un asunto sencillo, como era la prórroga de la central con un acuerdo con las empresas para entregar parte del beneficio regulatorio, en una cadena de incongruencias. La liquidación de Garoña ya es una decisión innecesaria, porque su funcionamiento es compatible con las energías renovables; pero, además, se cometió la torpeza de demorar el cierre hasta 2013, con lo cual el problema permanecerá abierto durante cuatro años; y ahora se pretende remendar los descosidos en la argumentación del cierre con un blindaje legal. Así, paso a paso, el cierre de Garoña se ha convertido ya en un lío político de primera magnitud; ahora va camino de ser también un gran lío legal.

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