La prensa del Gobierno comienza la campaña para arrojarle el niño muerto a Esperanza Aguirre

La prensa del Gobierno comienza la campaña para arrojarle el niño muerto a Esperanza Aguirre

(PD).- Está toda la maquinaria en marcha. Es un caso que ha llegado hasta lo más profundo de la sociedad. Un niño ha muerto por un terrible error a los pocos días de que su madre también falleciera como consecuencia de la la gripe A. Al pequeño Rayan una enfermera, con dos años de experiencia -aunque era su primer día en la sección de neonatos-, le ha inyectado leche en sangre. La maquinaria propagandística del gobierno socialista se ha puesto a trabajar. Ha ocurrido en un hospital de Madrid, de los de Esperanza Aguirre. Periodismo carroña.

El director gerente del hospital Gregorio Marañón, Antonio Barba Ruiz de Gauna, salió para explicar la terrible noticia. En una rueda de prensa aseguró que el personal de enfermería confundió «la vía de administración de una fórmula láctea específica para niños prematuros y la ha introducido en vena, cuando debía ir por la vía nasogástrica» de Rayan. Barba Ruiz de Gauna ha salido a la arena pública a admitir el error cometido y asumir responsabilidades.

Este acto encomiable, al que los cargos públicos no tienen acostumbrados a los ciudadanos, salieron corriendo a criticarle:

«No es hora de hablar por hablar; hay que tener mucha prudencia y respetar la presunción de inocencia».

Hay que esperar, pues, a la investigación, según estos sindicatos antes de acusar a la trabajadora.

Ahí comienza la politización de un caso de «error» de una profesional. La maquinaria mediática del gobierno socialista se pone a trabajar. El diario El País, que ha hecho durante meses campaña contra la Sanidad pública madrileña, se pregunta:

¿Es normal que un profesional cometa un error tan grueso? ¿Es habitual en este u otros hospitales asignar a una sola enfermera, sin que nadie la ayude, el cuidado de pacientes de cuidados intensivos el mismo día en que se estrena en su trabajo aun no estando especializada en ello? ¿Es una negligencia de un solo profesional o resultado de una organización caótica? ¿Había o hay un exceso de pacientes en este hospital que impide a los profesionales sanitarios desarrollar correctamente su labor? La Consejería de Sanidad de Madrid ha prometido una investigación sobre el caso que debería responder a tales cuestiones.

Y concluye el editorial:

Es lamentable que un bebé prematuro pero sano muera por negligencia grave en un importante hospital público. Pero también es lamentable que se haya esperado a que el infortunio se cebe en una joven familia marroquí afectada por una gripe mediática para que este país asista a una pública rendición de cuentas que hasta ahora se ha hurtado al ciudadano. Cabe esperar que los mea culpa y las promesas de investigación sean sinceros y arrojen luz sobre tan luctuosos sucesos. Las muertes de Dalila y su pequeño Ryan exigen muchas explicaciones y, sobre todo, un análisis riguroso de las debilidades de nuestro sistema asistencial.

Pero es Público, dirigido por Félix Monteira, el que va más allá. En su edición digital, comienza ya de una manera burda la utilización de este «error» para cargarlo sobre los hombros del Ejecutivo de Esperanza Aguirre. Se lee como principal titular:

«El Gobierno de Aguirre defiende a la enfermera.»

Acompaña a este titular el siguiente texto:

«El consejero de Sanidad, Juan José Güemes, afirma que «tiene dos años de experiencia en dos grandes hospitales».

Pinchando en la noticia todavía es más explícita la intención:

«El Gobierno de Aguirre defiende a la enfermera que cometió la negligencia».

¿Dónde queda para Público la presunción de inocencia? ¿Ha defendido Güemes a la enfermera o simplemente ha dicho que hay que esperar a la investigación antes de acusar?

Ésta son las declaraciones del Consejero de Sanidad de Aguirre -realizadas a la Cadena SER– que le sirven a Público para montar su noticia:

«Se trata de una enfermera con dos años de experiencia en dos grandes hospitales que ha estado en unidades de críticos, nefrología, cuidados intensivos post-operatorios y desde diciembre de 2008 trabajaba en el materno infantil del Gregorio Marañón. Por tanto, contaba con la cualificación, la destreza y la competencia necesaria para desempeñar esa función».

La realidad es que «se ha apartado cautelarmente a la enfermera que suministró mal la medicación«.

¿Qué más piden los estrategas de Público que haga Güemes, o sea Esperanza Aguirre ? Blanco y en botella, leche.


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