(PD).- Cuando el Gobierno ZP necesita una inyección anímica, ahí está Vogue. Da igual que la economía española lidere el récord de destrucción de empleo en Europa, que el modelo de financiación sólo premie a los feudos socialistas o que la industria caiga a plomo. Elena Salgado no pierde esa sonrisa de photoshop y se atreve con un llamamiento planetario: «Consuman, no dejen de consumir». Un nuevo lavado de imagen de la ministra que de lo único que puede presumir es de una tasa de paro que marcha como un misil hacia el 20%.
Hace cuatro años, en otro reportaje de Vogue, afirmó: «Bob Geldof y Bono despiertan la conciencia colectiva. Nosotros actuamos». Y vaya si actúan. La única idea del Gobierno para suturar la sangría del endeudamiento ha sido subir los impuestos. Y así todo, en un país con cuatro millones de parados, la ministra pide a los ciudadanos «que consuman con naturalidad y que dediquen, si quieren, una parte de su renta al ahorro, pero que tengan confianza en el futuro y que, por lo tanto consuman».
Pero que la realidad no empañe un buen lavado de imagen. Cinco años después del polémico reportaje en el que ocho ministras del gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero posaron para Vogue, la titular de Economía vuelve a las páginas de la revista para otro lavado de cara, similar al que le hizo El País.
Dado que no existen signos de recuperación en la economía española, la ministra admite en la entrevista que el empleo tardará más en recuperarse y que el «pleno empleo» es algo complicado debido al paro estructural de la economía española. Sin embargo, descarta de plano la posibilidad de llegar a los cinco millones de parados.
Sobre si dimitiría si el número total de desempleados alcanzara esa cifra, Salgado se limita a decir que sólo lo haría si eso supusiera la creación de cuatro millones de empleos de un día para otro, por lo que considera que lo más importante es seguir trabajando para conseguir reducir las cifras de paro.
En este sentido, resalta la importancia de que la acción política esté dirigida a que se reduzcan estas cifras de manera más rápida, y apuesta por hacer que la economía sea más competitiva, que exporte más, que sea más eficiente y productiva y que el empleo del sector de la construcción se dirija a sectores más innovadores.
En cambio, no considera urgente una reforma laboral, como sí lo hacen autoridades del Banco Central Europeo o del Banco de España, pero sí cree que los agentes sociales deben ser más flexibles e introducir algunos elementos nuevos en la actual situación, como que la negociación colectiva sea más abierta.
En cuanto a la necesidad de recuperar la sostenibilidad de las cuentas públicas, subraya su apuesta por la austeridad en el gasto, lo que implica pasar revista a todos lo ministerios y hacer que el gasto público sea más eficiente. «Sabemos que tenemos que apretarnos el cinturón y que algunos proyectos tendrán que retrasarse», añade.
Sin embargo, mantiene el compromiso del Ejecutivo con la protección social y asegura que a la hora de hacer el Presupuesto habrá que analizar los recursos disponibles para hacer frente a este gasto y que, si faltan recursos, habrá que hacer algunos ajustes en los impuestos. «Si después vemos que necesitamos más recursos, tendremos que pedir a los españoles que lo comprendan», explica.
«NOS FLAGELAMOS MÁS DE LO NECESARIO»
Aún así, asegura que no hay nada previsto en este sentido y que el Gobierno no tiene en mente realizar una subida generalizada de impuestos ni está decido a subirlos. «Ni nuestra deuda es alta, ni nada por el estilo. Yo creo que al final nos flagelamos más de lo necesario», asegura.
Sobre la deducción de 400 euros en el IRPF, Salgado afirma que el Ejecutivo tampoco ha tomado una decisión en este sentido, aunque recuerda que la crisis también ha llegado a algunos programas concretos del Gobierno y que será necesario retrasar algunos compromisos.
En materia de precios, la vicepresidenta económica aventura que el 2009 cerrará con unas décimas positivas, aunque previsiblemente seguirán siendo cifras cercanas a cero. De cara al 2010, asegura que la inflación seguirá moderada porque el consumo seguirá aún sin recuperarse. «Hasta que no se recupere la demanda interna no será fácil que haya inflación», indica.
