La ciencia ha identificado la región del cerebro responsable del «efecto placebo» en el alivio del dolor.
Lo trevelan en un estudio del departamento de Medicina de la Universidad Northwestern y el Instituto de Rehabilitación de Chicago (RIC), publicado en PLoS Biology.
Este descubrimiento podría mejorar el diseño de medicinas más personalizadas y más eficientes para satisfacer las diversas necesidades de los 100 millones de estadounidenses con dolor crónico. En este caso, el avance científico fue posible gracias a la tecnología de resonancia magnética funcional (fMRI), capaz de registrar cómo los cerebros de diferentes individuos responden de formas diversas a un fármaco en una terapia para calmar dolores específicos.
El hallazgo también dará lugar a ensayos clínicos más precisos y exactos para medir la eficacia de medicamentos para el dolor, pues será más fácil descartar a individuos con alta respuesta de placebo antes de las pruebas.
Los científicos descubrieron una región única del cerebro, dentro de la circunvolución frontal media, que identifica a quienes llegan a sentir alivio con la administración de placebos. Ello puede ser validado al 95% de exactitud con una segunda prueba.
«Dado el enorme costo social del dolor crónico, ser capaces de identificar a quienes responden a placebos en una población con dolor crónico podría ayudar a la concepción de medicinas personalizadas y al éxito de los ensayos clínicos», dijo Marwan Baliki, investigador en el RIC y profesor asistente de medicina física y rehabilitación en Northwestern.
Actualmente, la respuesta al placebo es estudiada principalmente en sujetos sanos dentro de parámetros experimentales controlados. No obstante, a pesar de que tales experimentos ayudan a comprender del fundamento biológico y la respuesta al placebo ante el dolor experimental (aplicado), en el ámbito clínico, donde el dolor es principalmente de naturaleza crónica, el estudio del placebo es más complicado.
En este nuevo estudio, por primera vez la fMRI, combinada con ensayos clínicos a la medida, ha permitido establecer un marcador neurológico imparcial para predecir la analgesia —el efecto calmante del placebo— en el cerebro de pacientes con dolor por osteoartritis crónica en la rodilla. Los científicos del estudio demostraron que la ingestión de la píldora placebo produjo una fuerte analgesia en más de la mitad de pacientes evaluados, que informaron alivio significativo del dolor.
Futuros estudios similares podrían incluso mejores terapias basadas en cómo reacciona el cerebro del paciente ante el dolor. Asimismo, disminuiría drásticamente la exposición innecesaria de los pacientes a las terapias ineficaces y la duración y la magnitud del dolor y el uso de opiáceos para calmarlo.