LA TRIBUNA DEL COLUMNISTA

El ‘Lastre’ del PSOE: Adriana sintoniza con Rufián y otros golpistas para que hagan otra vez presidente a Sánchez

Raúl del Pozo: "Con la pregonada abstención del PP y Ciudadanos, el destino del próximo Gobierno esta en manos de los independentistas"

El 'Lastre' del PSOE: Adriana sintoniza con Rufián y otros golpistas para que hagan otra vez presidente a Sánchez
Adriana Lastra, reunida con los independentistas para conseguir el respaldo necesario para Pedro Sánchez.

¡Se acabó el disimulo! Pedro Sánchez se ha quitado la careta (si es que alguna vez se la puso) y ya no se tapa a la hora de recabar los apoyos de los independentistas. Manda a una de sus lugartenientes, Adriana Lastra, para que se haga las fotos con los golpistas y encima tenga el papo de decir que les une la «agenda social». Debe ser, como señalan editoriales y artículos de opinión este 14 de junio de 2019, que no ha escuchado las ruedas de prensa de los representantes de ERC y de Juntos por Cataluña donde atacan a la Justicia por el juicio a los golpistas.

El editorial de ABC plantea un doble escenario una vez Sánchez ha finalizado su ronda de contactos: o vamos a la repetición de elecciones o acaba siendo la nueva legislatura una reedición del club de la moción de censura con los separatistas condicionando la gobernabilidad de España:

Una vez concluida la primera ronda de contactos del PSOE para negociar la designación de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, hay tres conclusiones claras: Sánchez piensa en ser investido a toda costa; ha tendido una trampa a PP y Ciudadanos para tener una coartada con la que tener vía libre a ceder ante el separatismo sin cortapisas; y Podemos tendrá cargos destacados en el Gobierno. Incluso, ayer reclamó la vicepresidencia, ni más ni menos. La alternativa a esta investidura de la mano de Podemos, nacionalistas vascos y otros partidos regionalistas con la abstención de ERC, o incluso del PDECat, sería la convocatoria de elecciones. Y pese a que ha sido el propio Sánchez quien ha alentado esa hipótesis, lo probable es que se reedite el ‘club de la moción’ de censura contra Rajoy. Ese es el precio de la precariedad de sus 123 escaños y de depender del chantaje de partidos que pretenden una reconversión territorial en España.

Carlos Herrera apunta la posibilidad de que Pedro Sánchez ya esté con componendas con los separatistas y no se fía de que vaya a aceptar lo que la Justicia dictamine en el juicio de los encausados por el 1-O:

Si en cualquiera de los países de referencia democrática para España, el acusado de un golpe de Estado dijese que no lo ha hecho pero que lo volverá a hacer y advierte de las consecuencias sociales y para la paz ciudadana que podría tener una sentencia condenatoria, le caería encima, literalmente, todo el peso del Estado que ha intentado destruir. En cambio, en esta España de las componendas, los complejos y los cómplices, se maneja la posibilidad de mirar para otro lado por si acaso fuera necesario su concurso para mantenerse en el poder. Porca miseria.

La Razón resume en un breve editorial que el PSOE, con Adriana Lastra como negociadora, puede venderle al personal lo que ella entienda que interesa al conjunto de la ciudadanía, pero al final lo que hay detrás es un discurso que se pliega a los golpistas:

Adriana Lastra se encargó ayer de publicitar la sintonía socialista con ERC. Se trata de ganárselos para la causa de la investidura de Sánchez, como también lo intentó con JxCat. “Nos une una agenda social”, dijo la número dos del PSOE. De eso el separatista Rufián no mencionó palabra. Lo suyo fue solucionar la crisis catalana, esto es la autodeterminación, los presos y sus indultos… “Diálogo y no porras y togas”, sintetizó el creativo diputado. Lastra sintoniza en una onda que no es la del interés general y sí la del golpe.

Jesús Rivasés centra la cuestión en un futurible Pablo Iglesias ministerial y cómo Pedro Sánchez podría destituirlo meses después:

Las dudas de Sánchez surgen porque su gran problema es el día siguiente de la investidura con la formación de Gobierno y con la puesta en marcha de los Presupuestos de 2020. El presidente en funciones sabe que el gran asunto no es tanto abrir las puertas del Consejo de Ministros a Pablo Iglesias sino cómo destituirlo si fuera necesario –que podría serlo– en cuanto empezara a actuar por su cuenta y a comprometer a todo el Gobierno. No es lo mismo pedir y exigir desde la «colaboración» que desde una poltrona ministerial. En septiembre, los Presupuestos serán la primera reválida de Sánchez y su futuro Gobierno y la factura que, desde dentro, tendría la tentación de pasar el líder podemita podría ser inasumible. El desafío de Sánchez, por eso, no es tanto nombrar a Iglesias como encontrar una guía fácil y práctica para destituirlo.

El editorial de El Mundo pontifica sobre la necesidad de una segunda vuelta en cualquier elección para evitar el mercadeo bochornoso de poltronas y cargos:

La política de alianzas después del 26-M está degenerando en un impúdico mercadeo en el que prevalece el cambalache de sillones en detrimento del interés general. Los acuerdos resultan imprescindibles en una democracia, máxime teniendo en cuenta la fragmentación del mapa político español. Sin embargo, resulta inadmisible que la capacidad de transacción de todos los partidos se limite al reparto del poder y no a acuerdos de calado que permitan abordar las reformas pendientes. Mientras los pactos de Estado continúan siendo una quimera, resulta obsceno contemplar cómo se pervierte la voluntad popular con componendas en sentido contrario a lo determinado por las urnas. Desvirtuar la elección de alcaldes y presidentes autonómicos con trágalas que responden únicamente al tacticismo partidista no hace sino erosionar aún más la confianza ciudadana en la clase política.

Raúl del Pozo barrunta un gobierno de Pedro Sánchez sostenido por los independentistas:

Con la pregonada abstención del PP y Ciudadanos, el destino del próximo Gobierno esta en manos de los independentistas. José Luis Ábalos no descarta que la investidura salga adelante con la colaboración de los sentados ante el Tribunal Supremo. De momento sólo cuentan con la posible colaboración del PNV, Compromís y Podemos. No sabemos si va a haber un Gobierno a la valenciana, a la portuguesa, de cooperación o de coalición, de izquierdas, monocolor o de retales. Está en marcha una investidura difícil, con sentencia e indulto. Casi nunca como ahora habría hecho falta un acuerdo nacional para tapar el agujero de Cataluña y otros agujeros que nos pueden llevar a la quiebra. Pero no somaticen este disparate. Lo vean como un reality.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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