EL ESCÁNDALO EN LA IGLESIA ESPAÑOLA QUE TODOS QUIEREN OCULTAR

¿Ocultó Omella un caso de pederastia clerical como obispo de Barbastro-Monzón?

Juan José Omella ocultó un caso de pederastia clerical como obispo de Barbastro - Monzón

¿Ocultó Omella un caso de pederastia clerical como obispo de Barbastro-Monzón?

El recientemente creado cardenal (27 de junio de 2017), el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, puede ver su meteórica carrera truncada por un presunto fraude continuado en documento, así como por otros delitos que pueden ir saliendo a la luz de su anterior gestión de las diócesis que se le han encargado, como ha informado Periodista Digital en días recientes. Si fuera condenado y la administración del Papa Francisco fuera coherente con las prácticas de los últimos meses, podría perder el birrete cardenalicio.

Llueve sobre mojado en la iglesia de Barcelona

En Barcelona llueve sobre mojado y el ahora cardenal emérito Lluís Martínez Sistach, como obispo auxiliar en su momento y desobedeciendo al cardenal titular Narcís Jubany, manda en su día al extranjero a dos diáconos pederastas para que se ordenen como presbíteros, mientras que la diócesis por boca de su cardenal Jubany había prometido a las familias de las víctimas que reduciría a esos diáconos convictos de pederastia organizada al estado laical. El entonces fiscal diocesano, Monseñor Jaume González Agápito publicó en su blog “Aribau” el 15 de noviembre de 2018  este tremendo relato (puede leerse aquí) de los hechos en el que explica cómo él denunció los hechos en su día y fue ninguneado por la jerarquía de la iglesia barcelonesa.

Martínez Sistach repitió la práctica de este tráfico de influencias, pues llamó a Editorial Planeta en una ocasión para que a su vez llamaran al diario “La Razón” en Madrid, y echaran a un periodista católico al que el cardenal Sistach tenía ojeriza desde cuando el joven periodista trabajaba en Barcelona. Ello por pensar, y no era así, que este periodista escribía para un blog contrario al flirteo de Sistach con el progresismo eclesiástico catalán (puede leerse aquí entrada en ese blog).

A su vez el ahora obispo de Mallorca y más tarde auxiliar con Martínez Sistach y con Juan José OmellaSebastià Taltavull, apoyó públicamente  el “Manifiesto de Colonia” en 1989 contra la política vaticana de nombramiento de obispos y su opacidad, y poco más tarde  firmó junto a 63 teólogos y no teólogos una carta contra el catolicismo involucionista de Juan Pablo II (leer más aquí), siendo párroco en Mallorca. También el diario “Pueblo” recogía en 1974 cómo un joven Omella había firmado contra su propio obispo por disentir de su gestión, obispo que había sido su mentor y le había recomendado y apoyado en sus estudios. Martínez Sistach capitaneó también, siendo arzobispo de Tarragona antes de ser Arzobispo de Barcelona, una campaña mediática contra la candidatura de Ureña para Barcelona en el año 2004, acabando él por ocupar el puesto sucediendo al cardenal Ricard Maria Carles.

Omella, el cardenal español ahora llevado ante la justicia, ocultó un caso de pederastia como obispo de Barbastro

El diácono Daniel Peruga, en el centro de la “Trama Maña” contra el arzobispo Ureña, descubre al principio de 2000 que el párroco de san José de Monzón, Huesca, tenía pornografía infantil en su móvil, junto a fotografías en las que aparecía desnudo con chicos. Las razones que dio el párroco Amadeo Elcoso fue que le habrían drogado, como cuentan fuentes de primera mano, residentes en Monzón en aquella época, a Periodista Digital. Amadeo Elcoso se encuentra ahora viviendo en la ciudad barcelonesa de Esplugues de Llobregat con un novio alemán, y está secularizado.

Amadeo Elcoso era sacerdote socio también de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, indisolublemente unida al Opus Dei en la Prelatura que lleva ese nombre. No era clero de la Prelatura y dependía de la jurisdicción del obispo de Barbastro – Monzón que en aquel momento era Juan José Omella.

Así, Peruga cuenta en una carta de nueve folios entregada al ahora exvicario judicial Roberto Ferrer, que este pasó a Arana y Arana hizo llegar al Papa Francisco a través de Fernando Chica, que Amadeo Elcoso le marcó en su juventud. Fue un sacerdote que promovió vocaciones de sacerdotes en activo hoy en la diócesis de Zaragoza, y también de obispos y de religiosas. A Fernando Chica, Arana y Omella se les conoce en Zaragoza como el “Triunvirato”, o también como los “Tres Mosqueteros”.

Explica Peruga en este mismo documento narrando su niñez hasta su abandono del ministerio del diáconado cómo la cosa cambió pronto. Así, en esta larga carta de setiembre de 2014, describe el exdiacono el comportamiento de celos de Amadeo Elcoso sobre el hermano de Peruga, que contaba 19 años (diez más que Peruga) quien había conocido una chica en un viaje parroquial que se convirtió en su novia y más tarde en su mujer. Narra cómo el párroco Elcoso habría simulado cartas de la amiga del hermano a la familia de Peruga para crear enemistad y enrarecer la relación.

Otra fuente consultada por Periodista Digital y que residió en la zona cuenta cómo el Opus Dei no podía dar crédito a las acusaciones de Peruga, quien recibió críticas enérgicas de sacerdotes de la Prelatura por presuntamente mentir. Peruga denunció la situación al director espiritual del párroco, un sacerdote del Opus Dei que atendía Torreciudad, que le dijo a Peruga que mentía y se lo inventaba todo. Para esta fuente de Periodista Digital, Omella y el Opus Dei prefirieron no airear la situación, para evitar el escándalo y preservar su propia fama.

Manifiesta el relator que realmente Amadeo Elcoso dependía en todo del obispado, no de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz en el Opus Dei, y podía muy bien no haber explicado su debilidad o delitos a su acompañante espiritual en la Prelatura. Era  vox populi y todavía hay personas en Monzón que recuerdan la presunta insinuación del párroco a hombres. Se encontraron con un hombre, Amadeo Elcoso, de mucha fama. Interesaba desde ambos ámbitos preservarla. Fue un pacto de silencio.

Poco más tarde Amadeo Elcoso, que ahora vive con su novio alemán, fue trasladado de parroquia desde Monzón a Barbastro y los feligreses se quejaron al nuevo obispo (Juan José Omella ya había ido de obispo a Logroño en 2004) del traslado pues era un cura tan amado por todos y llevaba tanto tiempo que no querían que se fuera.

El Papa Francisco llamó desde Buenos Aires cuando era todavía arzobispo de aquella capital para felicitar a Juan José Omella por su nombramiento como Obispo de Logroño. De tan lejos viene ya su amistad.

Los hechos analizados muestran cómo Peruga tenía fama en Monzón de homosexual activo y buscador de relaciones. Así mismo lo explica Peruga cuando en este informe escrito por voluntad propia relata las pintadas en las paredes de la parroquia a la que accede para escapar del presunto “acoso” (que acabaría negando en nota de prensa -ver) por parte del conocido como “cura de Épila” Miguel Ángel Barco.

Tras dejar la parroquia de Épila a la que fue destinado por el rector del seminario de Zaragoza para hacer prácticas de diácono, le fue asignada temporalmente otra parroquia zaragozana. El mismo Peruga explica cómo al poco aparecerían unas pintadas que rezaban, transcritas por el mismo Daniel Peruga: “El diácono Peruga, que se vaya a otro sitio a buscar culos y pitos, fuera curas maricones, fuera de la iglesia”, y tres semanas después Peruga afirma que aparece otra pintada en otra iglesia de la misma parroquia, “el diácono Daniel es un enfermo sexual, cuidado con los jóvenes, esta iglesia le ayuda y le permite”.

Dos meses después de ser enviado el documento a Roma, el Papa Francisco llama por teléfono al entonces arzobispo de Zaragoza Don Manuel Ureña un sábado, 8 de noviembre, citándole en Roma el martes 11. El miércoles 12 de noviembre aceptaba el Papa la renuncia de Ureña por motivos de salud, aunque la llamada transcurrió explican fuentes cercanas a la curia de Zaragoza a periodista digital: “soy el Papa Francisco, venga a verme”. Y en Roma, el Papa le dijo según ha trascendido: “ha sobornado Usted a un diácono”.

El soborno se entiende como obligar a Peruga a renunciar al diaconado contra su voluntad, por una cantidad de dinero, sin embargo, no se entiende que la Santa Sede acuse a Ureña de sobornar a un diácono cuando éste pide por escrito dejar el diaconado a 4 de noviembre de 2014, 8 días antes de que se dimita al Arzobispo de Zaragoza (ver aquí carta de Peruga al Papa) y la Santa Sede acepta la renuncia  a los pocos días, teóricamente bajo coacción.

Y cuando, explican a Periodista Digital fuentes cercanas a la delegación de asuntos económicos de la curia de Zaragoza, el pago compensatorio justo y ante testigos para que Peruga pudiera estudiar dos años fue recomendado por Stella directamente desde la Santa Sede, “no sea que una persona sin valores morales y homosexuales activos no tengan ningún apoyo, se vean abandonados y se den incluso a la prostitución”. La compensación sin embargo soto voce incluía dos coches de 15.000 euros, uno para el exdiácono y uno para su familia, que según explica a Periodista Digital la fuente confidencial negociaría el entonces amante de Peruga haciéndose pasar por abogado telefónicamente. Resulta que era para compensar a la familia por los abusos sufridos por Peruga de niño en Monzón por parte de Amadeo Elcoso, caso que Omella presuntamente pretendió ignorar, abuso que destrozó moralmente a sus padres.

Para aportar pruebas o testimonios, o notificar errores, escribir [email protected]

J Pintor Rey (Periodista Digital)

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