No respetan absolutamente nada, ni siquiera algo tan sagrado como la infancia. Tal y como cuenta El Mundo este 19 de julio de 2019, el Gobierno de Quim Torra dio vía libre para que se crease en Cataluña una especie de ‘Stasi’ infantil para comprobar si en los patios de los colegios se hablaba catalán o, de repente, se saltaban las estrictas normas dictadas por la Generalitat y se comunicaban en castellano.
Evidentemente, no ha sido Torra quien ha confesado este despropósito más propio de países del telón de acero, sino que fue admitido por la Plataforma per la Llengua, una ONG volcada en la defensa de la inmersión lingüística, fuertemente subvencionada por la Generalitat, que realizó una observaciones de incógnito en 50 colegios de Cataluña para estudiar los comportamientos lingüísticos de los escolares y sus docentes.
La estrategia de esta ‘policía lingüística’ consistía en estos tres puntos:
1. Los espías lingüísticos realizaban una observación de incógnito, porque si el sujeto de estudio era consciente, era muy probable que no actuase de manera natural.
2. Simulaban no saber hablar ni catalán ni castellano para no condicionar a la clase. Se dirigían a los profesores en inglés y luego pasaban a realizar la observación.
3. A continuación se retiraban a un rincón, donde iban tomando nota de en qué lengua se producían las interacciones entre cada alumno y entre profesor y alumnos.
Evidentemente, los centros investigados no fueron informados de que los datos recabados iban a formar parte de un estudio que la Plataforma per la Llengua dio a conocer ayer y en el que denuncia que el catalán sólo se habla en el 24% de los patios de escuelas e institutos catalanes y que el 27% de los profesores de Secundaria habla en castellano a los alumnos en el recreo.
