Jesús López, un concejal del PP en una población de Cuenca, ha llegado a la fama por afearle a Irene Montero en Twitter que no se hubiera depilado (a su gusto) en una determinada fotografía.
A partir de ahí, entiéndase con la paliza que le ha caído vía redes sociales, la performance que se le ocurrió hacer a la presentadora Carme Chaparro en su programa de 23 de julio de 2019 resultó de una vergüenza ajena deleznable.
Chaparro, que firmaba un papel muy correcto como presentadora de informativos, está dejando a la luz todas sus carencias desde su mesa de Cuatro al día a diario. Nula capacidad para dirigir una tertulia política, no tiene ni gracia ni desparpajo, improvisa de pena y generalmente se entiende muy mal con la gente a la que entrevista; tiene salidas de tono sin venir a cuento y polémicas que la han dejado con una dignidad muy justita. El golpe de Marta Flich a Cristina Seguí con la pusilánime Carma Chaparro de por medio.
Pues con toda esa mochila, todavía se le ocurre que para defender a Irene Montero por este tema de los pelos, tiene que hacer una imbecilidad infame como la de ponerse, de pega, una mata de pelos en la axila. Una vez terminada la chorrada se hizo el silencio entre la mesa de sus anonadados tertulianos, para terminar de redondear el ridículo espantoso de Chaparro:
Pues mire señor López, le voy a decir una cosa, las mujeres tenemos esa costumbre, la de tener pelo y no solo en la cabeza, también aquí…
¿Se imagina usted criticar a un hombre porque tiene pelo en las axilas? ¿Pues por qué critica a una mujer? Ala, pues eso, ¿lo quiere? Se lo envío.
Alucinante esperpento.