ARTÍCULO DE MARINA CASTAÑO EN LA RAZÓN

La viuda de Cela les mete un buen centrifugado a Irene Montero y a todas las de su ‘pelaje’: «Son sucias por ideología»

"No nos defienda tanto, doña Carmen, déjelo, tómese un relajante muscular y depílese allá donde le hiciera falta"

La viuda de Cela les mete un buen centrifugado a Irene Montero y a todas las de su 'pelaje': "Son sucias por ideología"
Irene Montero y Carmen Chaparro, política y periodismo sobaqueros.

Marina Castaño, colaboradora de La Razón, no se corta un pelo (y nunca mejor dicho en esta ocasión) en meterle un buen repaso a las mujeres de la progresía a las que ahora les ha dado por exhibir con orgullo pelambrera en zonas sensiblemente delicadas.

La viuda del Nóbel Camilo José Cela se marca este 28 de julio de 2019 una tribuna que no va a dejar indiferente a nadie. Empieza por la polémica acontecida a raíz de la portavoz de Podemos en el Congreso de los Diputados, Irene Montero:

En este último Cuartel Emocional hasta después de vacaciones nos ocuparemos de algo que le preocupa a Irene Montero y otras de su pelaje, nunca mejor dicho, que no es más cosa ni tampoco menos cosa, que lucir pelambre allá donde la haya, es decir axilas, ingles, piernas y tantos y tantos lugares recónditos de la anatomía femenina, donde lo estético se mezcla con lo higiénico.

Castaño cree que este es un signo más para dejar constancia de su ideología:

No hay duda que estas «personajas» lucen sucias por ideología tanto de género como de partido para diferenciarse de las normales, de las de ducha diaria y depilación cuando hiciera falta, más aún con estas calores veraniegas en que la sudoración aumenta y lo ligero de la vestimenta deja entrever zonas húmedas y peludas que huelen a distancia según los alimentos que se hayan ingerido, a saber: ajo, cebolla, sardinas u otros productos de penosa asimilación cuyo hedor brota por todos y cada uno de los poros del cuerpo humano.

Le exige a Carmen Calvo que no se crea en posesión del monopolio de la defensa de todas las mujeres:

Las progres, las ultras de la izquierda que hoy padecemos, hacen gala de ello y patentan el feminismo como invención propia, véase si no a Carmen Calvo, esa eminencia del socialismo actual, que abandera la propiedad intelectual y hasta industrial de la defensa de la mujer, del empoderamiento femenino del que tanto hoy se habla, y a muchas nos da una risa que nos caemos al suelo. No nos defienda tanto, doña Carmen, déjelo, tómese un relajante muscular y depílese allá donde le hiciera falta.

Y asegura que a muchas de esas mujeres lo que les desasosiega es no poder ser hombres:

Alguna de estas que se rebelan e insisten en lucir sobaco peludo, como cantantes, locutoras, y por ahí han dado en soltar una frase muy profunda: «Las princesas también tienen pelos». Cierto, y los ricos también lloran, no por ello vamos a tener que llorar los pobres, ni las plebeyas lucir pelambre si preferimos una piel diferente a la masculina. ¡Ahí debe estar el quid de la cuestión! ¡Es para parecerse más a los hombres! ¡A estas mujeres les frustra no ser hombres! ¡Panda de acomplejadas!

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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