Las redes sociales son, a veces, tan divertidas como peligrosas: sirven también para que bastantes -esos que se conocen como ‘haters’- vuelquen ahí su odio y mala leche.
Y con más frecuencia de la saludable, contra famosas por algo tan delicado y personal como es la forma de cuidar a sus hijos.
Para sobrellevarlo hay algunas que tiran de ironía, otras que optan por no hacer ni caso, y bastantes que deciden responder de forma tajante a los trolls.
Esta última ha sido la opción escogida por Laura Matamoros.
«Qué cansina es la gente», ha sido su gran frase ante el aluvión de comentarios que le preguntaban dónde estaba su hijo Matías mientras ella ha recorrido el mundo durante dos meses con su novio, Daniel Illescas.
Sus seguidores han analizado el ritmo de vida de la influencer y, según sus publicaciones, «del poco tiempo que pasaba con Matías».
Y la hija de Kiko Matamoros no aguantó uno de los comentarios y respondió un «Qué poco sabes…» antes de aseverar lo plúmbeos que pueden llegar a ser sus seguidores y si le sonaba el término «custodia compartida».
Es decir, que Matías estaba con su padre, Benji Aparicio.
Pero este zasca no ha sido el único que ha dado alguna famosa por el hecho de que algún fan se meta en su vida privada sin haberle pedido opinión.
Y esa fue precisamente la frase que usó la cantante Pink contra uno de sus admiradores, que tampoco tendría tanto de esto.
«Creo captar el interés y el amor de un niño por un animal antes de enseñarle cosas como el cautiverio. No recuerdo haber pedido tu opinión, pero gracias, el mundo necesitaba tu sabiduría», le espetó con mucha irnoía como respuesta a los reproches por haber llevado a su hijo al zoológico.
También fue muy sonado el mensaje de «hasta aquí» de Soraya Arnelas en 2017.
Porque, desgraciadamente, la cantante está acostumbrada a los haters de las redes, pero se vio en la necesidad de estallar en Instagram, harta de que se pusiese en duda su papel de madre.
«Si eso es ser una mala madre, soy una mala madre», terminaba su furibundo texto la artista, que recordaba que su hija estaba con los abuelos y que no hay que olvidar que tenía seis días, que la había dejado descansando y que ser padres no podía ser una excusa para no pasar tiempo solos y poder disfrutar de su amor.
Pero es que aquel 2017 los usuarios estaban realmente revoltosos y también acusaron de «mala madre» a Tania Llasera, tras tener a José Bowie.
La presentadora tampoco se cortó al responder con un larguísimo texto en el que precisamente intentaba dar una visión inclusiva de los diversos papeles de madre, y que no se es mejor o peor por tener un hijo o una hija por cesárea o por no darle el pecho.
Como las críticas a la actriz Natalia Sánchez -Teté en ‘Los Serrano’-, por llevar a su recién nacida en un lento paseo en bicicleta, pero por el que acabaron tachándola de descerebrada. Y ella no respondió.
A Pilar Rubio no le debió sentar nada bien la misma crítica («mala madre») cuando el año pasado, dos semanas después del nacimiento de Alejandro, acudió a una colaboración con ‘El Hormiguero’ y, posteriormente, a una cena con amigos.
Las redes se llenaron de los dimes y diretes habituales: que si había dejado al pequeño solo, que tenía otros dos que no estaban recibiendo cuidados, que era muy pronto para volver al trabajo…
De hecho, fue exactamente la misma crítica que se le hizo a Eva González, que regresó un mes después de dar a luz a los platós.
La presentadora de ‘La Voz’ no suele responder a los ‘haters’, a no ser que sea en alguna entrevista específica como hizo en el momento de la fotografía de su pequeño vestido de torero. La estrategia: ni caso, como Meghan Markle que día sí y día también, de alguna forma, se convierte en blanco de comentarios negativos muy diversos. Y con Archie no iba a ser distinto. Porque no sabía cogerlo en brazos.
Esa era toda la polémica. Que en algunas fotografías se veía a la exactriz sostener a su pequeño de una manera poco ortodoxa y, de ahí, las redes supusieron que era desde una madre sobreprotectora, hasta que no pasaba tiempo con su hijo y se lo dejaba todo a la niñera.
Claro que su solución fue mucho más simple: no contestar a los trolls y esperar a hablar sobre sus hijos cuando conociera a Beyoncé.
Tampoco Chiara Ferragni contesta a nadie: que una madre no debería tener ciertas actitudes (porque se bañó desnuda), que estaba pasando mucho tiempo con Fedez y ninguno con Leo -su hijo- y que dónde estaba este. Pero la influencer siguió sus vacaciones como si nada y dejó que contestase su madre, Marina di Guardo:
«¿Quién crees que eres para juzgar a las personas que ni siquiera conoces?»
Al final, un simple storie le sirvió para responderlo todo desde el otro lado del mundo:
«Elijo el amor, no me importan las malas vibraciones, aunque a veces, tanta estupidez todavía me descoloca».