PROGRAMA DEL 6 DE SEPTIEMBRE DE 2019

El Quilombo / Castillón hace temblar a ‘Espejo Público’: «Hay barrios de Barcelona que ya parecen Marruecos»

Solo en el estercolero mediático español donde el periodismo serio brilla por su ausencia podíamos asistir a la entrevista en plan Aló Presidente que le hizo Joaquín Prat a Pablo Iglesias en Telecinco.

Porque aquello no era un periodista, era un criado, era el ama de llaves de la mansión de Galapagar.

Iglesias tuvo el papo de ponerse solemne diciendo que “TVE no puede ser telegobierno, no puede ser TelePSOE”. Y lo dice el tipo que no quería ministerios sino telediarios.

“A mí que me den un telediario”, decía en 2013.

¿Pueden creer que no fue jamás de recordárselo? Y entonces Iglesias se vino arriba y dijo:

«Acaban de poner a  un nuevo director de informativos que es TelePSOE».

Se refería a Enric Hernández, ex director de El Periódico de Cataluña, el tipo que se trabajó el puesto haciendo portadas como ‘Alerta Ultra’ (en referencia al ascendo de VOX) o ‘El pacto de la vergüenza’, que fue como tituló el pacto de las tres derechas en Andalucía. Hernández es un sanchista entregado a la causa, un tipo que tenía seccion propia en Atresmedia y que llegó a defender  la figura del relator para negociar con los golpistas catalanes.

Y como nos vamos a elecciones, Sánchez tenía que mover ficha en TVE donde los descontrolados del clan de Fortes y Begoña Algeria están hundiendo la audiencia.

Hernández tendrá hilo directo con Moncloa, desplazando a la soviética Rosa María Mateo (apuesta fallida de Iván Redondo), enfrentada con los tipos que mandan de verdad en esa casa: Fran Llorente, Xavier Fortes y Elena Sánchez. De más está decir que el fichaje de Hernández les ha sentado a cuerno quemado a los Viernes Negro, los que dicen que las monjas en la Guerra Civil no eran asesinadas sino que simplemente desaparecian.

Hernández no tiene ninguna experiencia en el sector audiovisual pero eso es lo de menos: lo más importante es que obedezca las órdenes que se le impartirán desde Moncloa. “El objetivo —como dicen hoy El Mundo— es que nada escape al control férreo de la administradora de Moncloa ante una campaña decisiva”. Estos eran los que venian a construir una RTVE plural e independiente.

Cuenta VozPopuli que la elección del periodista catalán es una decisión directa del presidente del Gobierno, que ya quiso ‘colocar’ a Hernández al frente de la cadena pública nada más ganar la moción de censura. En aquel momento, la operación se frustró porque Antonio Asensio, todavía presidente del Grupo Zeta, se negó a indemnizar a su subordinado como si en lugar de una salida voluntaria se tratara de un despido. Hubo que esperar a la venta de Zeta a Prensa Ibérica para que el exdirector pudiera cobrar una más que generosa indemnización.

De vez en cuando, el efecto narcótico se disipa con la intervención de periodistas como Albert Castillón, que cada vez más arrinconado en Espejo Público por su defensa de la libertad ante el separatismo, hizo un alegato brutal denunciando lo que está pasado en Barcelona con la inseguridad por culpa de Colau.

«Conozco muy bien el Port Olímpic de Barcelona. Allí hay una zona de discotecas donde se pasan el día fumando shisha como si fuera Marruecos, bebiendo alcohol barato donde no se habla ni español, ya no te digo catalán. Eso se ha permitido. Y que nos diga la alcaldesa que eso es ideológico… no hombre, no. Ahora tienen que actuar porque el turismo se está yendo porque aquello parece Caracas. Cómo puedes pretender que haya seguridad y ley si los que mandan ahora eran okupas»

Y todo esto mientras Pilar Rahola se pasea en un televisión pública diciendo que el rey Juan Carlos le tocaba las tetas. Y cobra por ello. Impunemente.

Y luego conectan con ella en Madrid para que le ríe las gracias a los teleñecos de Risto Mejide. Y cobra por ello también. Faltaría más. Pero si cambiamos de cadena la cosa no mejora porque encontraremos a Elisa Beni condenando en el Más Vale Tarde que “un cocinero insulte a Pedro Sánchez porque el insulto no puede formar parte de la vida política. Un matiz.

El insulto a los tuyos, Beni. Porque las pedradas a Rivera y a Abascal en Alsasua te parecieron una muestra rotunda de civismo porque aquellos iban a provocar, dijiste. Este es el percal. La izquierda y el golpismo catalán controlando a su antojo las televisiones a las puertas de una campaña electoral. Dios nos coja confesados.

TIENDAS

TODO DE TU TIENDA FAVORITA

Encuentra las mejores ofertas de tu tienda online favorita

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Los vídeos más vistos

Lo más leído