En un rapto de originalidad progresista, la marca creada por el secretario de Comunicación de Podemos, Juan Manuel del Olmo, ha difundido en sus redes sociales insultos contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida.
La empresa de ropa «Uno Nuevo Ocho» ha publicado un vídeo en el que aparece una pared con el mensaje «Ayuso, caracoño; Almeida, carapolla».
La factoría de ideas podemita ha vuelto a dar muestras de su creatividad sin límites para recurrir al insulto, que es su única fuente de inspiración.
Los guardianes de las esencias sociales y adalides de la defensa de los derechos de la mujer y otras conquistas progresistas han vertido su odio contra el PP para dejar su firma -un puro vómito, una maciza excrecencia- dibujada en una pared:
«Ayuso, caracoño».
Qué manera de retratarse, qué dibujo más preciso de lo que son: unos hipócritas.
El casposo machismo que rezuma el insulto a Ayuso no provocará un alud de solidaridad entre las filas políticas de la izquierda progresista y feminista.
Ni habrá una firme condena al podemita que maneja los hilos de una firma de ropa que teje inquina y rabia, porque la izquierda progresista y feminista sólo sale en tromba si el insultador de turno es de derechas.
Así que no cabe esperar ninguna reacción en grupo. Las asociaciones feministas mirarán para otro lado y, si acaso, dirán que Ayuso no merece ninguna defensa, porque aunque sea mujer representa lo peor del machismo.
Se admiten apuestas: el podemita que vomita odio en las paredes no recibirá ninguna reprimenda, le reirán la gracia y, todo lo más, algunas dirán que «se ha pasado un poco».
De un tiempo a esta parte, en las filas de la izquierda progresista, la que lleva el feminismo en las venas, la hipocresía cotiza al alza. Están que se salen.
