Con esta cara de sorpresa -la que se ve en la foto superior y las que aparecen en la galería de imágenes- se quedó Ana Rosa Quintana.
Y con motivo, porque lo de Alessandro Lecquio es de asombro. No nos referimos solo a lo lucido y cachas que está cumplidos ya los 60 años, sino a la caradura que exhibe y la soltura con la que, en un pis-pas, se quita la ropa en público.
Él no lo oculta ni lo niega:
“Soy un poco exhibicionista”.
Esta afirmación del conde Lecquio, en El Programa de Ana Rosa (Telecinco) de este jueves 12 de septiembre de 2019, ya vaticinaba que se avecinaban curvas.
O más bien, tableta con muchos cuadraditos.
Los tertulianos de Ana Rosa, siguiendo esa exitosa técnica impuesta por el capo Paolo Vasile, y según la cual un programa de Telecinco alimenta a otro en una eterna espiral, comentaban que Hugo Castejón, participante de GH VIP, es aficionado a mostrar su torso.
Escuchó eso Lecquio y se vino arriba. Dio a entender indignado, que le fastidia que, en su primer día en Guadalix de la Sierra, el ex de Miriam Saavedra aprovechara la más mínima oportunidad para presumir de pectorales.
«Ya me has tocado la fibra, ya sabes que yo soy un poco exhibicionista y si me quito la camisa creo que muchos chicos de 30 se quedan en bragas. Es más, no lo voy a hacer, hoy no pienso hacerlo».
Parecía una frase más, pero con el conde no hay bromas que valgan. Cuando se le mete una cosa entre ceja y ceja, no para.
Le faltó tiempo para ponerse de pie y desabrocharse la camisa para lucir abdominales.
No estaba en el guión y la cara de Ana Rosa, como se ve en las imágenes, fue un poema, aunque no tan exagerado como el de sus subalternos, que entraron en éxtasis bullaganguero cuando el conde se puso frente a una cámara y comenzó a contraer sus pectorales arriba y abajo.
«Tienes una genética espectacular», le decía Joaquín.
«Y mirard qué oblicuos», comentaba Cristina Tárrega.
Todo lo que alcanzó a murmurar Ana Rosa, fue un somero “enhorabuena”.
Lecquio, inasequible al barullo, seguía presumiendo:
«Y sin anabolizantes. Tengo artrosis en una cadera pero aquí sigo. Aquí me tenéis 60 tacos y a ver quién se quita la camisa, guapos».
Lecquio, hinchado como un pavo, explicó que había conseguido ese físico haciendo “gimnasia natural”.