REPORTAJES PD / 'DENUNCIA TU CASO'

Los comedores sociales no dan abasto: «El 70 por ciento son extranjeros y la mayoría son venezolanos»

Hay casi un 50% de hispanohablantes, 25% marroquíes, el resto de países del Este

Son las 11:00 de la mañana y el equipo de voluntarios está preparado para iniciar una nueva temporada ayudando a los más necesitados. Se trata del comedor social San Juan Bautista de la Orden de Malta gracias al cual 350 personas realizan una comida al día. Los voluntarios entran a la cocina preparando el menú del día con mucho cariño y mimo.

Esta orden religiosa se fundó hace novecientos años con el fin de acoger a los peregrinos en tierra santa, sus dos pilares fundamentales son ocuparse de los necesitados y defender la fe.

Aline Finat, una de las voluntarias del equipo de los jueves, cuenta a la redacción de Periodista Digital que lleva doce años colaborando con la orden y que el comedor «es uno de los proyectos más grandes». El comedor San Juan Bautista está en un local alquilado a la Agencia de la Vivienda Social, «nos bonifica mucho el alquiler al ser una obra benéfica», añade Aline. Según relata la coordinadora, la Caixa financió toda la construcción y los alimentos que utilizan «vienen sobretodo del banco de alimentos, también hay otros centros como Mercadona que donan alimentos según los excedentes que tengan».

El plato del día son garbanzos acompañados de un guiso de verduras con arroz, fruta y ensalada. Una comida variada y completa para aquellos que solo hacen esta comida.

Lola Rodríguez es la responsable de cocina del equipo de los jueves y cuenta a la redacción de PD que suele pasar una media de tres o cuatro horas por la mañana y asegura que «me da más a mí de lo que yo doy. Ayudo a la gente que pasa circunstancias difíciles».

Otro de los voluntarios es Pablo Echevarría. Pablo lleva colaborando con la orden diez años, su función es ayudante de cocina, algo que le divierte: «Se me da mejor la cocina donde disfruto más y disfrutan los que vienen. Yo cuando llego aquí llego con una ilusión brutal, vengo con muchas ganas. Me hace sentir bien». En cuanto a la comida afirma que «está buenísima, aquí no preguntamos de dónde vienen ni su color ni preferencias sexuales o espirituales puede entrar quién quiera«.

El comedor social abre de lunes a sábado de 17 a 19 horas. Para poder acceder a él se requiere una inscripción previa presentando algún tipo de identificación y no es necesario acreditar el nivel de renta, por lo que todo aquel que lo desee puede acceder.

Sara Díez, otra de las voluntarias de la orden, afirma que hay «más presencia de hombres» que de mujeres, aproximadamente un 15%,  por lo que respecta a la nacionalidad «el 70% son extranjeros y el resto españoles». Díez cuenta a Periodista Digital que últimamente se ha incrementado la nacionalidad venezolana, «hay casi un 50% de hispanohablantes, 25% marroquíes, el resto de países del este. Los venezolanos tienen un perfil preparado, se colocan con mayor facilidad».

Minutos antes de abrir las puertas los voluntarios se encargan de cuidar hasta el más mínimo detalle. Ángel, un hombre de 57 años que diariamente acude a la Orden de Malta para comer, accede a hablar con la redacción de PD:

Vengo desde que se inauguró, me gusta la comida. Pescado y pasta es lo que más me gusta. Me tratan muy bien… Tengo una pensión mínima no contributiva de 380 euros. No tengo más remedio que venir aquí, si no fuera por esto comería a duras penas. Con esta comida ya me vale hasta mañana.

Hoy es el primer día de Julio César, un ecuatoriano de 68 años, que ha venido a la Orden de Malta por recomendación:

Aquí me he sentido a gusto y mejor que en todos los comedores en los que he estado. Para mí es un 10. Me dijeron que aquí daban comida caliente, zumo, fruta y para llevar a tu casa… ¡Muchacha qué más vas a pedir gracias a Dios! Si no viniera a este comedor uno no sustenta, en el comedor hay pescado, pollo… una dieta variada. Aquí yo veo que todos tenemos diferente cultura, preparación, pero el respeto es lo principal. Tienes que saber que tienes que estar agradecido, hay gente que quiere imponer. Venimos la gente que de verdad lo necesitamos.

Un reportaje de Sonia Expósito y Cristina López

                                                                                                                                                                                                         Correo: [email protected]

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Autor

Cristina López Mantas

Cristina López Mantas (1994) es graduada en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, redactora de política en Periodista Digital.

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