No, no es una inocentada, porque entre otras razones estamos a 29 de septiembre de 2019, festividad de San Miguel, pero el artículo que se marca Álvaro Martínez en la contraportada de ABC va a dejar a más de uno estupefacto sobre el futuro político de la que fuera portavoz de Manuela Carmena en el Ayuntamiento de Madrid.
Sí, Rita Maestre ha sufrido tal evolución que de empezar sentando sus posaderas en el duro asfalto de la Puerta del Sol puede acabar, perfectamente, militando en Ciudadanos. Así lo explica el columnista del diario de Vocento:
«Señora Maestre, ¿me puede decir una propuesta programática del nuevo partido que sea diferente a las de Unidas Podemos?». Un océano de silencio siguió a la pregunta que en directo le planteaban desde un programa de televisión a Rita Maestre Fernández (Madrid, 1988) minutos después de la proclamación de Íñigo Errejón como candidato de la última criatura política alumbrada desde el populismo. La portavoz de Más País, que así se llama el nuevo partido, apenas pudo balbucir un poco convincente «pues es que aún no hemos desarrollado el programa», que avalaba la teoría de que el único objetivo del proyecto errejonista es liquidar a Iglesias. Sobre todo porque poco antes la propia Maestre había asegurado que Más País «se presenta para ofrecer propuestas políticas claras». Como el agua clara, sin duda.
Considera que, salvo sorpresa, Maestre ve más factible (y cómodo a efectos económicos) quedarse en el consistorio madrileño:
Rita se va a quedar de lideresa de la oposición en el Ayuntamiento de Madrid, donde está como en casa pues no en vano allí trabajan su padre y su madre, funcionarios del Consistorio. Al menos es así a estas alturas de la precampaña, que el populismo presenta tal movilidad (otros lo llaman ser un veleta) que, como haga falta, mañana mismo tienen a Rita de candidata por Zamora, mismamente.
Y explica la evolución sufrida por la ‘quincemera’:
Maestre llegó a la política desde aquella acampada del 15-M, sección Juventud sin Futuro, un archiperre de activismo de sentada en el suelo que, si no cambió demasiado las cosas sí consiguió que sus principales integrantes encontrasen un rumboso porvenir sufragado por el contribuyente. Por entonces, apenas conocíamos de Maestre su facilidad para los ripios («Arderéis como en el 36», o «Contra el Vaticano, poder clitoriano») en el asalto a capillas católicas. Hoy, ocho años después, parece que está más próxima a Pedro que a Pablo, picando piedra ya en la socialdemocracia. Hay quien no descarta que termine en Ciudadanos, donde los veletas suelen hallar morada.
