¿Hasta cuándo se va a tolerar? Las prácticas de TV3 ya serían ofensivas en una televisión privada, por muy independentista que sea por insultar a toda una nación y un conjunto de pueblos como es el español, pero encima cuando lo hace la televisión pública es inaceptable (aunque parece que los partidos políticos lo aceptan).
El último programa de ‘Preguntes Frequents’ viene siendo una remesa de entremeses de odio semanal a España a lo largo de su escasa vida en la que ha tenido prácticamente un presentador por temporada. El programa dedicó un gran espacio a blanquear la imagen de los detenidos a los que pillaron con posible material explosivo, por ahí andaban sus conocidos, profesores y amigotes para asegurar lo santos que eran los apresados. Tampoco podía faltar Pilar Rahola, la política independentista que tiene tribuna propia fija en ese plató, trato del que no dispone ningún ex político de ideología contraria que pudiera ‘equilibrar’ el discurso de Rahola.
Pero la práctica que ya está llegando a un nivel ridículo es que parece que en todas sus ediciones ‘Preguntes Frequents’ se trae a un ‘experto’ extranjero con la única condición de que venga para insultar a España, cuestionar su democracia, etc. Ya sea de Irlanda, de Alemania, de Escocia, de África, de donde sea mientras cumpla ese requisito. Y, si puede, que luego dé alguna charla con los de la ANC y aproveche el viaje y todos los duros que, merecidamente, le abonen por sus servicio.
Tampoco podía faltar Pilar Rahola, la política independentista que tiene tribuna propia fija en ese plató, trato del que no dispone ningún ex político de ideología contraria que pudiera ‘equilibrar’ el discurso de Rahola.
"M'han dit que la gent que tingui ganes de reaccionar a la sentència comprin una ràdio de les d'abans i una cadira portable" @RaholaOficial #FAQSpachacutiTV3 ▶️ https://t.co/mFsK7a0Eff pic.twitter.com/NC84LWPMzy
— Preguntes freqüents (@FAQSTV3) September 28, 2019
La periodista ha dado algunos detalles de este movimiento secesionista, del que asegura que nace «como una red de personas de largas militancias en la lucha por el país, que son los que coordinarán la reacción a la sentencia», y que «tienen la voluntad de ser los activos de un proceso de protesta y desobediencia masiva«. Sin ir más lejos, en los últimos días, han llevado a cabo algunas acciones, como el asedio a oficinas bancarias.
Sin embargo deberían cuidar la elección de estos ‘expertos’ porque el último el puertorriqueño Ramón Grosfoguel, profesor de la Universidad de Berkeley, va y suelta que España es un país que práctica el terrorismo porque mete a inocentes en la cárcel, en referencia a los últimos CDR detenidos (los del material explosivo). Ante tal afirmación todo lo demás que dijera se quedaba pequeño: que la Transición de España fue mentira, que la democracia española es un cuento, que el franquismo sigue ejerciendo en España, que el Congreso de los Diputados es dictatorial y que todos los partidos españoles, todos, son anticatalanes, desde PP a Podemos. Y que el PSOE de extrema derecha. Todas estas afirmaciones fueron realizadas sin que se escuchara réplica alguna. Y cuando Cristina Puig le preguntó qué hacer, el sociólogo puertorriqueño de California respondió «desobediencia civil». Pues vale.
Grosfoguel puede decir lo que le dé la gana, que para eso lo traen. Pero uno pensaría que una televisión pública debería ser equilibrada y si se va a traer a un señor para que lance ofensas contra todo un país como es España y sus instituciones y hacer un llamamiento a la desobediencia, que acto seguido se va a entrevistar a alguien que haga algún tipo de alegato en sentido contrario. Eso, si TV3 fuera un servicio público.
¡Ya está bien! ¿Hasta cuando? Hasta que se les permita a las personas que hacen esos programas (que tienen nombre y apellido, Antoni Esteve, Tian Riba, Andreu Buenafunete y, por encima de ellos, los que les pagan con el dinero de todos los españoles a los que insultan en sus emisiones).
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