Hace cinco años se viralizó la fotografía de un convicto, Jeremy Meeks, acusado de once delitos, entre los que estaban: robo a mano armada, posesión de un arma y evasión de las autoridades. En aquel instante, su aguda mirada azul, sus carnosos labios, su musculatura y los tatuajes que cubrían aquel cuerpo de escándalo hicieron de su ficha policial la más popular del mundo, lo cual le permitió desarrollar, posteriormente, una nueva carrera como modelo. Se podría decir que pasó de la cárcel a la Fashion Week de Nueva York.
Pero las redes sociales también han cambiado la vida de otras personas con mucho talento que han logrado darse visibilidad. Es el caso de Emily Zamourka, una sintecho rusa de 52 años que demostró su destreza al piano y violín cantando el aria ‘O mio babbino caro’ de Giacomo Puccini en una parada de metro de Los Ángeles. Un agente capturó el instante que le cambiaría la vida por siempre:
«Estoy muy agradecida a todos los que me están ayudando a salir de las calles», confiesa entre lágrimas.
Youtube ayudó a otro homeless estadounidense a crear una nueva vida repleta de seguidores. Ted Williams, apodado como ‘la voz de oro’, fue grabado por un periodista que le pagó 1 euro a cambio del ingenio que él afirmaba que «Dios le había dado». Las imágenes se difundieron y el exlocutor de radio pudo volver a su antigua profesión. Todo un ejemplo de superación.
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