La única ley que parece aplicarse en la Cataluña independentista es la siniestra ‘Ley del Embudo’.
Un ciudadano, respetando todas las normas, intenta avanzar por una avenida donde campan a sus anchas los violentos CDR y los Mossos no le ayudan, sino que le piden la documentación, lo identifican, le amenazan y le ordena dar media vuelta.
Los ‘indepes’ dejan heridos a más de 200 policías, rompen mobiliario, saquean tiendas, incendian contenedores y pegan palizas al ciudadano que ose discrepar abiertamente y entre rejas no hay ni un centenar de facinerosos.
Pero cambian las tornas y una banda de españolistas planta cara a los CDR y endosa una mano de palos a uno de ellos y la Generalitat moviliza todos sus efectivos para atrapar a los pegones y el juez de turno hace horas extra para mandarlos a la cárcel.
Los dos ‘ultras’ detenidos por apalear a un manifestante independentista han ingresado en prisión por orden del juez de guardia.
Se trata de Marc R., de 20 años y vecino de Premià de Mar (Barcelona), y Francesc Xavier V., de Badalona (Barcelona), de 24, quienes fueron arrestados por los Mossos d’Esquadra el pasado 18 de octubre de 2019, un día después de darle una ensalada de palos al manifestante independentista con casco, que se enfrentaba con ellos y se quedó aislado de sus colegas.
Los Mossos, obedecindo órdenes diractas del xenófobo Torra, mantienen abierta una investigación para localizar y detener al resto de los ‘españolistas’ participantes en la pelea, quienes se habían desplazado al Eixample para reventar una manifestación en contra de la condena del “procés” después de concentrarse en la plaza Artós de Barcelona.
Paralelamente, investigan otro ataque de un grupo de jóvenes independentistas que, instantes después de esa primera agresión, acorraló y apaleó a uno de los españolistas, pero en ese asunto no han arrestado a nadie.
En total, han ingresado en prisión preventiva 30 de los detenidos por los disturbios de la última semana, 26 de ellos hombres y cuatro mujeres, acusados de los delitos de desórdenes públicos, atentado a la autoridad, resistencia, desobediencia y lesiones.
Entre los 30 detenidos figura un menor de edad que ha ingresado en un centro de internamiento.
