En ocasiones se cumple la recomendación popular de tener cuidado con lo que se le pide a Dios, porque corres el riesgo de que te lo conceda. Los grandes asuntos que los socialistas pensaban que les beneficiarían en las nuevas elecciones, como la exhumación de Francisco Franco, la sentencia del golpe de estado en Cataluña y el Brexit, se han vuelto en su contra.
El martes 22 de octubre de 2019, se celebró en la sede de UNIR en Madrid un foro promovido por Nueva Revista titulado Análisis del votante, en el que participaron dos ex directores del CIS, los catedráticos Cristóbal Torres y Fernando Vallespín, y Pedro Arriola, el famoso asesor del PP durante varios años y marido de la ex diputada Celia Villalobos.
Vallespín, director del CIS nombrado por Rodríguez Zapatero entre 2004 y 2008, mostró su convicción de que Pedro Sánchez y su entorno prepararon la repetición de elecciones tan pronto como se supieron los resultados de abril.
El presidente del Gobierno y su camarilla, conjeturó Vallespín, se plantearon un escenario con varios factores que beneficiaran al PSOE. El primero, forzar nuevas elecciones sin aparecer como culpables de ellas; es decir, atribuir la responsabilidad a Unidas Podemos. El segundo, la aplicación del Brexit, con la salida del Reino Unido de la UE, y el tercero la sentencia del Tribunal Supremo contra los golpistas catalanistas, que constituirían un plus para Sánchez, ya que el electorado tiende a premiar a los Gobiernos en períodos de inestabilidad.
Sin embargo, estos planes han sido desbaratados por la realidad, explicó el politólogo. El Brexit no se producirá durante la campaña electoral y los separatistas catalanes, en vez de proponer nuevas negociaciones al Gobierno nacional, se han dado a la violencia. “El PSOE está en shock”, afirmó Vallespín. “Si Cataluña y Franco se convierten en los dos únicos temas de la campaña, eso no beneficiará al Gobierno socialista”, añadió.
El colaborador de El País está convencido de que se mantendrá la fragmentación de las Cortes, por lo que en su opinión la única posibilidad de Gobierno consistirá en una gran coalición formada por el viejo bipartidismo, PSOE y PP. El partido de Pablo Casado votará a favor de Sánchez a cambio de que éste aplique sus reformas.
Por último, Vallespín declaró que si el bloque de izquierdas pierde escaños frente al bloque de derechas (PP, Ciudadanos y Vox), Sánchez y Pablo Iglesias deberían de dimitir.
Arriola, mucho menos interesante que Vallespín, dijo que no puede decir nada. Según él, hoy no es segura ni la victoria del PSOE. La cuestión catalana sacude la política española y convierte “la situación” en “explosiva: “Se nos puede ir un trozo de España.” Para el antiguo consultor del PP, Cataluña “no es La Rioja ni Extremadura, con todos los respetos”.
El consultor aseguró que la coyuntura económica española es buena, para lo que recomendó a los asistentes hablar con los jefes de gabinete de los Ministerios económicos y por tanto subrayó que el problema de España “es estrictamente político”.
A partir del análisis de las últimas encuestas publicadas, el catedrático Cristóbal Torres mostró diversas conclusiones en este foro. Por ejemplo, la participación en las elecciones del 10 de noviembre rondará el 66%, unos cinco puntos menos que en abril pasado. El voto por sexos es bastante equilibrado, aunque los partidos de izquierdas tienen algo más de voto femenino que los partidos de derechas; en el caso de Vox, la diferencia es a favor de los varones, pero con un porcentaje muy apreciable de mujeres. No hay, por tanto, partidos uni-sex.
Torres coincide que la caída de Ciudadanos será enorme (algunas encuestas sitúan el partido de centro en 20 diputados o menos), mientras que Vox está ascendiendo en intención de voto y escaños desde la convocatoria electoral. El crecimiento del partido presidido por Santiago Abascal refutaría el pronóstico realizado por Vallespín en mayo de que Vox sería un fenómeno “efímero”. La volatilidad es tan grande que, concluyó, cualquier acontecimiento puede cambiar las tendencias y recordó el atentado del 11-M, producido unos días antes de las elecciones de 2004 en las que el PP perdió su mayoría absoluta.