Fue un minuto apoteósico de Santiago Abascal. Se la tenía guardada de hace tiempo a Pablo Iglesias por su prontuario de traiciones y complicidades con el entorno etarra. Abascal le recordó a Iglesias que nadie le daría lecciones de defensa de la legalidad y la Constitución “porque soy el único que se ha jugado la vida en el País Vasco”, mientras el líder de la formación morada estaba en una “herriko taberna” y Pedro Sánchez era consejero de Caja Madrid.
«Soy el único que me he jugado la vida de los que estamos aquí. Mientras yo hacía eso usted estaba en una herriko taberna y Sánchez lo más arriesgado que ha hecho en su vida ha sido jugar al baloncesto».
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