Mientras en La Sexta el director de la cadena Antonio García Ferreras luchaba minuto a minuto por la entrañable tarea de acaparar para él mismo el protagonismo de la jornada, en el especial de TVE se movía en el mismo y nada fácil objetivo el ex director del periódico El Mundo, Pedrojota Ramírez, para intentar leer la cartilla a los partidos recordando aquellos tiempos en que los grandes líderes le cogían el teléfono, quedaban con él y hasta tomaban apuntes cuál alumno aventajado que escucha a su profesor.
Pero el hecho de que lleve un lustro sin poder lanzar portadazos contra nadie, cuenta al menos con una tribuna en TVE en la que ofrecer su nunca desestimable punto de vista en una mesa en la que tenía grandes posibilidades de llamar la atención dado el nivel de los que había a su alrededor, donde el único otro ex directivo de medios era Arsenio Escolar, dado que ninguno de los otros tenía una trayectoria que pudiera ser comparable a la suya, ni tampoco una gran fuerza argumental.
Llamaba la atención Narciso Michavila, de GAD3, que más que a hacer análisis parecía que había venido a restregar a todos los espectadores lo estupendas y acertadas que eran sus encuestas. Escuchándole parecía que estaba esperando una disculpa de todos los que hubieran osado cuestionar el acierto de los encuestadores. Sonaba a lo Encarna Sánchez dedicando la mitad de sus intervenciones a autoreivindicar su propio trabajo.
Eso sí, con datos tan raros como negar que los partidos nacionales se vieran perjudicados por el reparto electoral en escaños por los partidos nacionalistas. Cuando Pedrojota le puso de manifiesto la diferencia de escaños y votos si se comparaba a Más País con EH Bildu, Michavila encontró una excusa de lo más rara: «Me refería a los partidos nacionalistas catalanes, no a los vascos». Y se quedó tan pancho ante un atónito Pedrojota que había puesto un dato bastante clarividente.
Pero la verdadera obsesión de Pedrojota era ser el nuevo valedor de Pablo Casado. Muerto el marianismo y sin demasiada posibilidad de pescar por su antiguo fetiche Albert Rivera, el ex director de El Mundo parece apostar por el líder del PP para que encarne su proyecto del ‘líder centrista’. Para ello explicó que Pablo Casado debía ser vicepresidente de un Gobierno de Pedro Sánchez.
La propuesta de ‘gran coalición’ de Pedrojota escandalizó a toda la tropa de tertulianos filonacionalistas y filosocialistas encabezados por Arsenio Escolar para los que, al parecer, la única fórmula posible era un gobierno PSOE-Podemos-Más País-Nacionalistas con la abstención de ERC (Seguramente Pablo Casado estará deseando lo mismo). Pero Ramírez se esmeró con armas y bagajes en repetir su propuesta una y otra vez a lo largo de toda la noche incluso a base de recuperar a las figuras de Fernando Abril Martorell y Alfonso Guerra. Y para regalar los oidos a Casado señaló: «De no ser por Vox, Pablo Casado habría ganado hoy las elecciones».
Claro que eso fue lo más bonito que le dijeron a Vox esa noche en la que los tertulianos filonacionalistas acusaron al partido de Santiago Abascal de atentar contra los consensos de la Constitución (sí, y eso lo decían precísamente los tertulianos que respaldaban a ERC), mientras que Escolar pedía abiertamente un cordón sanitario equiparando al de otros países europeos contra Le Pen o Alternativa por Alemania (¿En qué quedamos, Sr. Escolar, entonces no debería haber respaldado a Pedrojota en lo de la Gran Coalición o sólo compara a España con Alemania en lo que le interesa?
En lo referente a Ciudadanos, Pedrojota Ramírez proclamó a Inés Arrimadas como la nueva líder de Ciudadanos y también consideró que podía tener un puesto en el Gobierno Sánchez-Casado. Que tenga cuidado Arrimadas de quien le da las bendiciones. No a todos los bendecidos por el señor de los tirantes les ha ido del todo bien, como recordarán sin duda desde Miquel Roca hasta Juan Costa.
