El carismático y siempre polémico presentador Jorge Javier Vázquez no se muerde la lengua ni le faltan palabras para calificar y describir la actualidad mediática.
Su blog en la popular Revista Lecturas es una fuente constante de información paralela o complementaria a la que los medios ortodoxos contemplan, siempre tamizado desde la ágil “pluma” de Vázquez.
En esta ocasión no es para menos:
Cuando era adolescente y tenía ganas de llorar aprovechaba cuando me quedaba solo en casa y me ponía ‘Volver a empezar’ de Garci. Creo que he sido nostálgico desde pequeño, y esa película me tocaba la fibra siempre que la veía. Lloraba a moco tendido, desconsoladamente. No adelantaré nada por si acaso alguno de vosotros no la ha visto. La recomiendo.
Gracias a esa película, me hice adicto al Canon de Pachelbel que, colocado estratégicamente en las escenas más emotivas, te corta directamente la respiración. Qué interpretaciones de Antonio Ferrandis, José Bódalo y Encarna Paso.
«No estoy triste, pero busco el Canon»
El viernes no estoy triste pero busco en Spotify el Canon. Y la música me lleva a bucear en YouTube alguna escena de la película y encuentro una de las más celebradas en la que aparecen Bódalo y Ferrandis. Dos amigos que se reencuentran después de muchísimos años y recuerdan su primera juventud.
«Conocí a J. hace veinticinco años»
Conocí a J. hace casi veinticinco años, en Marbella. Él estaba destinado por un periódico y yo por la revista Pronto. Congeniamos y ahí nació una amistad que ha perdurado con los años. El jueves quedamos para almorzar después de diez años sin vernos. Diez años, que se dice pronto. Y eso que los dos vivimos en Madrid.
«Nos prometíamos vernos y no lo hacíamos»
Él se casó y tiene un hijo que tiene los mismos años que hace que no nos veíamos. Durante todo este tiempo, nos habíamos intercambiado mensajes y llamadas telefónicas en las que siempre nos prometíamos vernos y nunca lo hacíamos. Hasta que dijimos: “Basta, la semana que viene”.
«Da pereza, pero hay que hacerlo»
A veces, da mucha pereza salir de tu casa y quedar, pero me he dado cuenta de que hay que hacerlo. Sí, parece una gilipollez, pero no lo hacemos lo suficiente. Y según diversos estudios es fundamental para el bienestar emocional compartir tiempo con tus amigos. No creo que exista algo que sea gratis y te reporte tantos beneficios.
«Vuelvo a casa pletórico»
Intercambiamos deseos, miedos y alguna que otra fantasía, y abandonamos el restaurante con la firme convicción de vernos antes de operarme de nuevo porque tenemos que pasar a limpio ciertos asuntos. Vuelvo a casa pletórico. Había olvidado el poder sanador de un abrazo verdadero.