Una ‘marhuendada’ más en toda regla.
El director de La Razón, Francisco Marhuenda, acude raudo y veloz este 25 de enero de 2020 a hacerle todo un lavado de cara al ministro de Fomento, José Luis Ábalos, después de que este fuese pillado in fraganti reuniéndose con la número dos del tirano chavista Nicolás Maduro.
El también secretario de Organización del PSOE, tirando de mucha chulería, trató de minimizar el escándalo y hasta se permitió dar lecciones a la prensa sobre lo que realmente importaba informativamente y que los periodistas no iban a ser quienes fueran a marcar la agenda ni desviar la atención de los ciudadanos de lo que realmente es esencial.
Y cuando la opinión pública, amén de los partidos de la oposición, se han lanzado a pedir explicaciones ante la reunión entre Ábalos y Delcy Rodríguez, resulta que Marhuenda, que parece estar en su ‘semana fantástica’, sale ahora para poner al servicio del socialista su diario después del masaje oriental que le dio al exjefe de los Mossos d’Esquadra, José Luis Trapero.
Ábalos, en una entrevista hecha a su mayor gloria por Toni Bolaño y Ainhoa Martínez, cuenta la película de los hechos sobre su reunión con la número dos de Maduro de la siguiente guisa y sin encontrarse una dura oposición, precisamente, de los periodistas:
Se presentan estos hechos con tintes de una película de misterio, reunión secreta en un avión, de madrugada… La realidad es más vulgar. Estoy informado de la llegada del Ministro de Turismo al que conozco, porque viene a Fitur. Como no sabía si lo podría ver por la semana que llevábamos en el Ministerio, fui a Barajas. Llegando al aeropuerto me llama el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, que sabía por mí de su llegada, para decirme que la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, ha recibido una comunicación de la Embajada venezolana en la que le dicen que en ese avión también viaja la vicepresidenta, Delcy Rodríguez. Y me dice: «Ya que vas, procura que no baje del avión».
Dice que nunca se planteó cancelar la visita, a pesar de que sabía quién iba a bordo del avión chavista:
Además de ministro, tengo amigos personales y soy secretario de Organización del PSOE, y realizo actividades de las que no tengo que dar cuenta, como imagino que también hace el secretario general del PP, que no informa de todas ellas. Me había comprometido y fui. Esa es la verdad. Cuando llego veo un fuerte dispositivo policial por lo que era fácil que se filtrara. Llego en coche particular porque no voy como ministro y no iba a recibirlo como ministro. Iba confiado.
Entré directo en la Sala Ejecutiva y me acerqué al avión, sabiendo que estaba la vicepresidenta, aunque no tenía intención de encontrármela. El ministro Plasencia me pidió que la saludara. Y eso hice, saludarla. Por lo tanto no hubo tal reunión. Le recordé que no podía entrar en suelo español dadas las sanciones de la Unión Europea. Sanciones que no tiene el ministro de Turismo. La señora Rodríguez sólo me dijo que seguía para Turquía.
Sobre que ese encuentro tuviera lugar a la par de la negativa de Sánchez a reunirse con Guaidó asegura que:
Eso es sólo una coincidencia. Las cosas a veces son más sencillas, elementales y vulgares. Fui a recibir a una persona que conozco y me encuentro con este bochinche. Me preguntan si me he reunido. La respuesta es no. No abordé ningún tema, porque no tengo ningún tema que abordar con ella. Ninguno. Es muy simple. Es lo que acabo de contarles. Ni más ni menos. Y fue posible porque estábamos en la terminal Ejecutiva. Si hubiera sido en vuelo regular no hubiera ido hasta el avión. Fui hasta allí porque en esta terminal se puede.
Y asegura que no hay misterio alguno y de paso lanza una bravata para todos aquellos que quieren hablar de Venezuela
Se ha querido poner mucho misterio. Pero, si queremos hablar de Venezuela, hablemos. Debemos apostar por una salida a un conflicto que está absolutamente bloqueado. La propia presidencia de Guaidó demuestra que el tema es bien difícil. La pregunta es lo queremos resolver, o le añadimos más complicación. La derecha lo que quiere es añadir más complicación. Tras la filtración de un diario, la primera salida política ha sido de Vox, a la que el PP se ha sumado. Pues otra medalla para Vox en detrimento del PP. Tengo la conciencia tranquila y no me preocupa comparecer. La derecha quiere arrojar todo lo siniestro sobre la política española. Lo vienen haciendo con todo.