La frase de Pedro Sánchez sobre Quim Torra que sobrevolará en su infame reunión: "Cataluña no necesita a un racista"

LA TRIBUNA DEL COLUMNISTA

La frase de Pedro Sánchez sobre Quim Torra que sobrevolará en su infame reunión: «Cataluña no necesita a un racista»

Pedro Sánchez lo vuelve a hacer. El presidente del Gobierno de España va a caer este 6 de febrero de 2020 en la gran infamia de reunirse con un señor llamado Quim Torra que, legalmente, ya no es presidente de la Generalitat de Cataluña al haber perdido su condición de diputado en el Parlamento catalán, pero que ,por cálculos meramente electoralistas, al inquilino de La Moncloa le interesa mantenerse a bien con un político que puede reventarle en mil pedazos su plan de legislatura.

Editoriales y tribunas de opinión recuerdan las perlas de Pedro Sánchez sobre el inhabilitado presidente catalán, pero esa parece una cuestión menor para el mandatario español que, eso sí, para intentar tapar la tremenda chapuza, ha metido de relleno diversos actos en Cataluña a lo largo de la jornada y la del 7 de febrero de 2020 para disimular su encuentro con Torra.

El editorial de ABC habla de un encuentro en el que solo se hablará de sacar a los presos golpistas y de volver a pergeñar otro referéndum:

La reunión es impertinente, ante todo, desde el punto vista ético, porque deja sin contenido el respeto a la convivencia y a la Constitución. Torra representa y encarna todos los valores contrarios al pacto constitucional de 1978, a los principios del Estado de Derecho y a las bases de la democracia. Es un separatista filofascista –el propio Sánchez lo calificó como «el Le Pen español»–, apoya la ruptura de la unidad de España y defiende los delitos cometidos por Oriol Junqueras y demás condenados por el 1-O. Torra es un supremacista balcánico, al que el presidente del Gobierno español va a legitimar con una fotografía conjunta y una reunión de contenido político. No hay el más mínimo indicio de generosidad o altura de miras o grandeza política en este encuentro, que no está convocado para poner fin a la deslealtad nacionalista sino para premiarla con una negociación en la que ya toma cuerpo la reforma del Código Penal para excarcelar lo antes posible a Junqueras y la convocatoria de una «consulta» sólo a los catalanes.

Gabriel Albiac recuerda como el propio Sánchez tildó de racista a Torra, ese mismo con el que ahora corre raudo y veloz a Barcelona a reunirse con él:

«Cataluña necesita un president que gobierne, no un racista al frente de la Generalitat». Repongo ahora las comillas que omití en la primera línea. No, la calificación de racista contra Torra no es mía. La formuló un tal Pedro Sánchez Castejón el 20 de mayo de 2018. «El señor Torra no es más que un racista al frente de la presidencia de Cataluña». ¿Mentía, hace un año y medio, Pedro Sánchez? ¿Miente ahora al fingir negociar con alguien a quien su inhabilitación descalifica para cualquier acuerdo de Estado? Me refugio en Leopardi: «Non so se il riso o la pietà prevale». No, de verdad que no sé que es lo más fuerte hoy en mí, si la piedad o la risa. Tal vez, ambas.

Ignacio Camacho considera que Sánchez va a darle carta de naturaleza a un zombi de la política:

Sánchez va a legitimar a un zombi política y jurídicamente inhabilitado, que ni pinta ni manda ni nadie le hace caso. Lo de hoy no alcanza la categoría de traición, de vileza o de contubernio con que seguramente la oposición etiquetará el encuentro. Es algo más torpe e inútil que eso: un gesto de sometimiento con el que el presidente menoscaba su crédito y arrastra el prestigio de las instituciones por el suelo para transigir con las exigencias de un preso. Un trámite vejatorio e innecesario sin el menor efecto porque el apoyo de ERC a los presupuestos tiene otro –y mucho mayor– precio. Una incursión al ficticio «cuarto del fantasma» con que en las antiguas casas de campo o de pueblo los niños se desafiaban a pasar miedo para acabar comprobando que no había nada dentro.

Pedro Narváez se cachondea en La Razón de ese encuentro entre Sánchez y Torra recreando una divertida imagen:

Yo para ser feliz quiero un tractor, podría cantar imitando a Loquillo el presidente del Gobierno cuando vaya a ver a Torra, que es en lo que está el Gobierno ahora, en el independentismo de Tractoria, y no en los que aran la tierra de verdad. No en ayudar a los que antes de las elecciones eran lo primordial y ahora se convierten en cardos borriqueros que no están por la estabilidad del país. La España vacía, Teruel existe y la madre que parió a la vaca, que se hacían fotos con el ganado tapándose la nariz por el estiércol, llevó también a Sánchez a ganar la investidura, pero esa parte se eclipsa por el todo que es el «conflicto» de Cataluña sin el que no podrá desenredar los Presupuestos.

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