«Le he quitado las pilas a mi reloj biológico y se las he puesto a mi vibrador» o «Estoy hasta las tetas de hacerte las croquetas» es parte del repertorio de carteles que el movimiento feminazi desplegó en Madrid.
PD fue testigo de cómo niñas de nueve años portaban carteles exigiendo educación sexual en la marcha ‘feminazi’ del 8-M de camino a Cibeles en la Línea 2 del Metro de Madrid. Estas niñas pudieron escuchar a sus mayores gritar «Mi vida, mi cuerpo, mi forma de follar» o «Mataste a nuestra hermana, ahora aguanta a la manada».
Es inaudito cómo se anima a niños menores de 10 años a exigir talleres de sexualidad cuando habría que dejar a los niños en paz y no imponerles contenidos afectivos y sexuales inapropiados para su edad.
También fue sorprendente ver cómo presumían de carteles comunistas cuando se sabe que el comunismo persiguió implacablemente a los homosexuales. Igual de llamativo que ver musulmanas con velo con carteles de «sola y borracha quiero llegar a casa» sin decir ni una palabra de las niñas prostituidas de Baleares.
Mientras exigían libertad, echaban a patadas a Begoña Villacís e insultaban a Martínez Almeida. «El feminismo es la causa de la libertad y nadie que lo defienda puede echar a mujeres de la manifestación», ha lamentado Villacís. «Nos da mucha pena porque teníamos la sensación de que estábamos avanzando» ha agregado.