No hace tanto, apenas un par de meses, que en directo y con toda la energía posible, poniéndose colorado de furia, Jorge Javier Vázquez proclamaba en una de esas broncas tan de Sálvame: «este es un programa de rojos y maricones”.
Mediaset España está atravesando una etapa totalmente catastrófica en la Bolsa. Hace unas semanas saltaba la noticia que confirmaba que la empresa de Paolo Vasile había sido expulsada del Ibex 35.
Una decisión que no ha mejorado los valores de Mediaset en el parqué y más todavía si tenemos en cuenta los resultados de esta última semana que han sido sencillamente dramáticos: han cerrado con un mínimo histórico de 3,152€ por acción.
En este sentido, fuentes próximas a la cadena han señalado a Periodista Digital que el desplome bursátil ha caído como una bomba en la ‘matriz’ italiana que inmediatamente ha exigido responsabilidades a Madrid.
Los de Silvio Berlusconi tienen claro que son diversos los factores que han afectado a las acciones de Mediaset, pero no son ajenos a una terrible realidad: parte de ese impacto negativo lo ha provocado el comportamiento sectario de una de sus estrellas, Jorge Javier Vázquez.
“Esta televisión es de rojos y maricones”, frase formulada en Sálvame por su presentador, ha caído como una bomba en los socios italianos de Mediaset, una firma con tradición conservadora y ultracatólica. A esas increíbles manifestaciones de una de sus estrellas achacan el desplome en Bolsa y exigen responsabilidades inmediatas.
Algunas de las fuentes consultadas por PD no descartan el “despido fulminante” de Jorge Javier Vázquez como una de la formas contundentes de Mediaset para salvar la sangría económica de su filial española.
Y este es un rumor que corre imparable por los pasillos de Telecinco.
El propio protagonista, tal y como informa la web de Mediaset, ha reconocido sentirse “con angustia, atrapado”.
Ha sido durante unas reflexiones sobre el confinamiento en Lecturas. “Actúo como si nada”, puntualiza en este escrito sincero en el que ha hablado sin tapujos sobre su estado anímico actual.
“Repito actos de manera mecánica, con la desesperanza instalada en el cuerpo porque no tienes ni ganas de que te pasen cosas”, ha confesado el catalán, que ha hablado con la naturalidad que tanto le caracteriza: “Qué asco. Para lo que hemos quedado. Maldito conformismo”.
Jorge ha señalado que esta etapa le ha servido para conocerse un poquito mejor y que, aunque antes adoraba las sorpresas, ahora odia “los sobresaltos” y prefiere mantenerse en su “reino” por la “asquerosa” estabilidad.
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