La nueva normalidad patrocinada por el Gobierno de Pedro Sánchez es tan vieja como el ‘Ospa Eguna’ (Día del adiós) en Alsasua, una jornada dedicada a realizar actividades que humillan y denigran a la Guardia Civil exigiéndole que se vayan de la localidad.
Lo harán gracias a la total impunidad que les otorga la Audiencia Nacional al rechazar prohibir el acto y la indiferencia del ministro Fernando Grande-Marlaska que no sólo no ha pedido a los tribunales su prohibición sino que —como recuerda LD- ha seguido con su limitada agenda veraniega como si no pasase nada, sin pronunciar una sola palabra de respaldo a los guardias civiles destinados en el País Vasco y Navarra.
La preocupación mayor de Marlaska no parece ser la situación de los guardias civiles sino la seguridad del vicepresidente Pablo Iglesias y la tranquilidad de su familia blindada en su chaletazo.
Los batasunos promocionan el acto con un cartel con el mensaje Vosotros sois el virus y con la imagen de un Gremlin verde, en representación de la Guardia Civil, vestido con el uniforme portando un retrato de Francisco Franco, junto a una pistola, una condecoración franquista, una botella de whisky y una olla a presión a punto de explotar.
La decisión judicial recoge el criterio de la Fiscalía, opuesta a la suspensión, al considerar que «no queda acreditada la comisión del delito de enaltecimiento que daría lugar a la adopción de la medida cautelar en cuestión», como pedía en su denuncia la Unión de Oficiales de la Guardia Civil.
Pese a todo, los guardias civiles no bajan los brazos. «Estos actos, además de ser constitutivos de un delito de odio hacia el colectivo, pretenden perpetuar uno de los episodios más oscuros de la historia reciente y que tantas vidas costaron a los guardias civiles y familiares», denunció el portavoz de Jucil, Agustín Leal.
Esta asociación, surgida de la plataforma Jusapol, reclamó, sin éxito, el jueves al Ministerio del Interior y a la Fiscalía General del Estado la suspensión de la celebración del ‘Ospa Eguna’ al considerar que se incurre en un delito de odio que persigue la «humillación» de los agentes. «Vosotros sois el virus», reza el cartel de la convocatoria de la presente edición, en la que se compara a los guardias civiles con la Covid-19.
La Guardia Civil detecta permisividad hacia el mundo radical y falta de defensa hacia sus agentes, y señalan a la Audiencia Nacional, a la Delegación del Gobierno en Navarra y al Ministerio del interior.
Pero también hay una clave política: es la izquierda abertzale, bajo las siglas de EH Bildu, la que ha posibilitado el acceso al poder de la socialista María Chivite en Navarra y que supone un apoyo determinante a Pedro Sánchez en el Parlamento.