El presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, culpa del «80 por ciento de los casos» de todos los que tuvo su región a «la bomba radioactiva vírica que se plantó en Madrid» y considera que a la región le irá «bien o mal» en función de que «se controle o se descontrole» la comunidad vecina.
Este comentario ruin y mezquino de alguien que solo está buscando tajada electoral del sufrimiento y el dolor de miles de familias madrileñas no merece más que desprecio. La necesidad de buscar culpables que tiene el PSOE para no asumir sus propias responsabilidades raya lo obsceno. Arañar votos de forma rastrera echándole el marrón a Isabel Díaz Ayuso forma parte de la nueva normalidad del PSOE y de los llamados a la ‘unidad’ de Pedro Sánchez.
Mientras Madrid tuvo que habilitar de urgencia un macro complejo hospitalario con más de 500 camas en el IFEMA, A sólo 70 kilómetros Page mantenía cerrado y sin uso en plena pandemia el Nuevo Hospital de Toledo, el más grande de Europa con más de 800 camas que hubieran aliviado el colapso sanitario de aquellos días.
El Nuevo Hospital Universitario de Toledo tiene capacidad para 853 camas. A diferencia de IFEMA, sí es un centro hospitalario. Las instalaciones técnicas ya están completas y probadas, como las de vacío y oxígeno. Sin embargo, no está abierto, ni ha atendido a un solo paciente del COVID-19 desde que estallara la pandemia.
Pero lo peor de todo es que Page no puede presumir de nada: en la primera ola de la pandemia,Castilla-La Mancha (27%) fue la comunidad con las tasas de mortalidad más elevadas entre las personas mayores de 74 años solo por detrás de Cataluña y por encima de Madrid sin tener la densidad poblacional de la capital de España.
Así todo, el 27 de marzo de 2020, Page salió en Antena 3 diciendo que habían tenido «una capacidad de respuesta extraordinaria»
Políticos que han fracasado en la gestión del coronavirus como Page deberían mantener la boca cerrada, más cuando llegaron al ridículo de decir que la pandemia era una “simple epidemia de gripe”.
Hay que recordarle que el Colegio de Médicos de Guadalajara denunció la gestión de Page en la pandemia de coronavirus y la falta de medios que obligó a dejar fuera de las UCI a pacientes que luego murieron.
«No se pueden aceptar, bajo ningún concepto, declaraciones políticas de triunfalismo o satisfacción con la gestión sanitaria realizada en esta crisis, como las expresadas por Emiliano García-Page, banalizándola al principio (declaraciones del día 12 marzo) o afirmando que no ha habido escasez o falta de recursos de atención y protección sanitaria (declaraciones del 2 de mayo). Son un insulto a la verdad y una falta de respeto a la ciudadanía, a los pacientes, a los fallecidos y a los profesionales sanitarios», continúa el comunicado.
Page sacaba pecho como un pavo real mientras en los hospitales había escasez de equipos de protección individual (los EPIs): mascarillas, guantes, trajes o batas, pantallas, etc. Y todavía sigue ocurriendo, más de dos meses después de declarar el estado de alerta sanitaria. Tampoco había pruebas o test diagnósticos para el coronavirus, y los que había eran de dudosa y limitada fiabilidad». Los sanitarios cubriéndose con bolsas de basura y Page colgándose la medalla de la eficiencia.
También culpó a los profesores acusándoles de no querer trabajar. El 12 de marzo de 2020 vivió uno de sus días más bochornosos cuando acusó a los docentes de querer «15 días de vacaciones» y apenas horas después tuvo que pedirles disculpas y cerrar los colegios.
Ese día mostró su cara más rocambolesca en Toledo, donde protagonizó dos ruedas de prensa consecutivas y contradictorias. En la primera, despreció el cierre de centros escolares y universidades, como así habían decretado ya otras comunidades como Madrid o el País Vasco. Y ha afeado al rector de la universidad por no seguir la «disciplina», la misma que se le exige «hasta a los analfabetos» de la región.
Luego dio otra molesto con Sánchez por no haberles avisado con anterioridad a las comunidades, que son las que tienen las competencias transferidas. Preguntado por los periodistas sobre cuánto tiempo estarán cerradas las aulas, dijo: «Hasta que den nueva rueda de prensa en Moncloa, ¿se me entiende?».
Y lo mejor vino cuando relativizó la gravedad sanitaria de esta crisis, aunque ha advertido del destrozo económico. «Es una epidemia de gripe que tiene consecuencias pero que tiene tratamiento desde el punto de vista sanitario, y que tiene atención», ha afirmado. Pues eso, una epidemia de gripe.
