El Vicepresidente Segundo del Gobierno y la ministra de Igualdad tienen tras de sí una mochila bien pesada.
Pablo Iglesias e Irene Montero no solo cuentan con una hemeroteca cuantiosa de asuntos de los que ahora intentan desdecirse a toda cosa, sino que además tienen varios tejemanejes que les traen por el camino de la amargura.
Uno de ellos, quizás el más preocupante y que ya está en manos de la Justicia, es el de los dineros, como siempre suele pasar.
El periódico OkDiario publica una información de lo más sensible este 16 de septiembre de 2020, referente a que Iglesias y Montero se reunieron en secreto en noviembre de 2017 con la diputada boliviana Valeria Silva en Bolivia, donde supuestamente se negoció la adjudicación de 1,6 millones de dólares a la consultora Neurona, investigada ahora.
La fecha en que se produjo esa reunión es clave, ya que las adjudicaciones de los ocho contratos públicos desde el Ministerio de Comunicaciones de Bolivia a Neurona se produjeron entre septiembre de 2017 y agosto de 2018. Es decir, los líderes de Podemos tuvieron esa reunión en medio de todo el proceso del pelotazo de la empresa chavista.
Tras la visita de los líderes de Podemos, Morales aprobó otras siete adjudicaciones más por un valor total de 1.550.140 dólares. Estos contratos tenían como objeto cuestiones muy dispares. Desde la realización de “Enajenación de empresas públicas” pasando por la “Gestión de redes sociales” y la “Realización de reivindicaciones marítimas”.
La consultora Neurona, después de aquella reunión no publicitada por los medios ni en la agenda pública de los podemitas, multiplicó sus ingresos y encargos, y después sería la empresa al cargo de las campañas electorales del partido morado.
Ahora, tanto la Justicia española como la Fiscalía de Bolivia están detrás de esta consultora y sus movimientos económicos.
El editorial del mismo OkDiario explica:
El director de la consultora, César Hernández, admitió que parte del dinero que había cobrado de Evo Morales fue usado para financiar a Podemos. A lo que cabe añadir que el dinero que cobró de Morales y que permitió financiar a Podemos lo logró, qué casualidad, después de que el vicepresidente segundo y la ministra de Igualdad se reunieran con la mano derecha del entonces presidente boliviano. Verde y con asas.