El cambio climático. ¿Y si el culpable no es el hombre? ¿Y si en realidad se trata de una negación muy incómoda? ¿Y si todo es fake news?
El sello editorial Sekotia publica Cambio Climático sin complejos, el último libro del periodista e investigador José Luís Barceló, que hace una revisión crítica sobre muchos de los dogmas y planteamientos dados por buenos por la sociedad sobre la culpa del hombre y la industrialización en la erosión medioambiental de nuestro planeta.
“Nos dedicamos a coger información de aquí o allá y la modulamos a nuestro antojo, según nuestra conveniencia, intereses u opinión. […] Y muchas veces tomamos solamente la información o noticias que nos convienen o sustentan nuestro estado de opinión acerca de tal o cual asunto”, señala Barceló en uno de los capítulos. Por eso cuestiona el doble discurso y moral de gobiernos, empresas y ecologistas a la hora de abanderar la lucha del cambio climático, mientras que por otro lado se tutela a los países en desarrollo en la gestión de sus recursos primarios.
Vinculado a los movimientos asociativos ecologistas y preservacionistas el autor no duda en cuestionar algunos de los aspectos más polémicos del cambio climático, como el uso recurrente de testimonios alarmantes no exentos de fundamentos, la desigual critica a los países desarrollados frente a potencias contaminantes como China o India, o la contradicción que supone atacar la energía nuclear cuando es la más limpia.
Cambio Climático sin complejos es una obra polémica y controvertida que no pretende desacreditar el hecho de que pueda existir un cambio climático, pero sí busca presentar al lector pruebas razonadas para posibilitar la duda de que la causa principal de ese cambio no sea debida a la acción humana sobre el planeta. Al fin y al cabo, sólo llevamos 200 años tomando mediciones y muestras ambientales y apuntando registros climáticos.
Una porción de tiempo muy limitada en comparación con la existencia del hombre y el planeta y los diferentes cambios climáticos que ha sufrido la tierra desde el meteorito que rompió México o los supuestos castigos divinos sufridos por las antiguas civilizaciones, hasta la contaminación que matará a la especie humana.