EDITORIAL 'EL QUILOMBO'

El Quilombo / Podemos es un estercolero maloliente en el que ‘Echeminga’ chapotea con permiso de Sánchez

Recordemos que este el mismo Sánchez que llegó al poder con una moción de censura con Rajoy a consecuencia de «hechos gravísimos que provocan bochorno, incredulidad e indignación».

Sánchez se presentó para defender «el prestigio de instituciones gravemente dañadas como consecuencia de la sentencia de la Gürtel» amañada por el juez Ricardo de Prada, ese hombre amigo de Garzón y siempre compasivo con el entorno etarra, veía «altas y desproporcionadas» las condenas a los asesinos y que llegó a esgrimir el cese de la violencia de ETA para, por ejemplo, reclamar la libertad de la abogada Arantza Zulueta, procesada por liderar el frente de cárceles de la banda terrorista.

Conviene recordar tanto la felonía de Sánchez en comandita con De Prada, sobre todo luego de que la Audiencia Nacional concluyera que la argumentación que hizo el magistrado José Ricardo de Prada sobre la presunta caja B del PP en la sentencia sobre la primera época de la trama Gürtel no era «absolutamente necesaria» y su imparcialidad para juzgar la supuesta contabilidad opaca del partido ya está «comprometida».

«Es usted, señor Rajoy, quien nos ha traído hasta aquí», le dijo Sánchez a Mariano ‘El Impasible’ antes de darle la katana para que se haga el harakiri en el Arahy.

Conviene recordar de dónde venimos y quién nos ha traído hasta aquí, que los que prometieron ejemplaridad y firmeza contra la corrupción son los que gobiernan con delincuentes condenados por la justicia que en otros tiempos te esperaban a las puertas de tu casa para llamarte escoria y basura.

La única diferencia entre el ayer y el ahora es que siguen insultando pero desde un escaño, con nómina, coche oficial y chaletazo.

Esta ha sido la regeneración de la política, de la banda que le dijo a Mariano «dimita, señor Rajoy. Su tiempo, acabó. Dimita».

Y Mariano se fue y dejó el bolso de Soraya en su lugar. Ahora los que se atrincheran en sus poltronas son Sánchez y sus butroneros, expertos en asaltar instituciones como la Fiscalía General del Estado (en manos de la novia del amigo de De Prada, ¿lo pillan?), el CIS o RTVE.

No pueden dimitir quienes carecen el más mínimo honor y decoro. «Usted debilita nuestra democracia, señor Rajoy», dijo Sánchez. Él la ha fortalecido dándole pésames a los herederos de la ETA y acercándoles presos a cambio de poder seguir durmiendo en la Moncloa.

«¿No basta con que 12 de los ex ministros con los que usted compartió gabinete, en el gabinete del señor Aznar como presidente del Gobierno estén investigados, procesados o encarcelados?

La misma pregunta se le podría hacer a Sánchez: ¿No basta con que su socio preferente sea un partido haya sido imputado como partido y a parte de su cúpula por la ‘caja B’?

¿No basta que su socio preferente haya admitido de que se inventó un caso de acoso laboral y sexual para despedir al abogado que se olió los turbios negocios de los chavistas? ¿No basta que Elías Castejón, el gestor de Neurona, ese cártel mexicano que trafica con subvenciones electorales haya reconocido desvíos del dinero electoral de Podemos para uso irregular?

¿No basta que el actual portavoz del grupo parlamentario en el Congreso Pablo Echenique y el asesor de confianza del vicepresidente Pablo Iglesias, Juan Manuel del Olmo hayan sido ahora condenados por atentar contra el derecho al honor de Manuel López, asesinado en 1985 por la candidata de Podemos a la Alcaldía de Ávila Pilar Baeza junto a su novio y un amigo?

Condenados por un delito de intromisión ilegítima en el honor del asesinado y al pago de una indemnización de 80.000 euros a la familia del fallecido.

Lo más lamentable en el caso de Echenique es que justificó un asesinato a tiros por una violación que no estaba demostrada. No sabemos qué es más grave: si acusar sin pruebas a un hombre ya muerto o justificar que le hayan matado a tiros.

Convendría recopilar todos aquellos tuits de polemistas y socialistas feministas confirmando asesinatos de mujeres a manos de su marido o pareja sentimental apenas publicarse el suceso, aunque finalmente resultó que no tuvieron ninguna implicación.

«Echenique va aprendiendo que nuestro país, en contra de lo que a él le gustaría, es un Estado de Derecho europeo, donde nadie tiene bula, ni siquiera la casta de Podemos», dice viniéndose arriba Luis Ventoso.

No exagaremos aunque sí es cierto que este mes ‘Echeminga’ ha hecho triplete.

«Primero fue ratificada la famosa sanción de once mil euros por pagar en negro a su cuidadora. No está mal para un apóstol del «escudo social». La segunda llegó con la UDEF relacionándolo con la financiación ilegal de Podemos en las elecciones del año pasado, pues aparece como uno de los testaferros en los pagos a la firma tapadera Neurona (chiringuito fundado en un bufete sevillano sin empleados ni objeto social). Ayer, la tercera en la frente».

La pregunta es cuántas condenas judiciales debe recibir Echenique para que está obligado a dimitir.

Respuesta. Ninguna porque son ellos son los que determinan la exterminación civil todo aquel que se interponga en su camino.

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