Isabel Pantoja y su hijo Kiko Rivera están de plena actualidad ‘gracias’ a la guerra televisada por Telecinco (la tonadillera tiene contrato en vigor con Mediaset tal y como saben los lectores de Periodista Digital).
Pero la última noticia de alcance relacionada con Pantoja nada tiene que ver con la guerra familiar por la herencia y sí con la política. El director de EsRadio, Federico Jiménez Losatos, ha entrado al trapo y ha desvelado detalles del pasado reciente de la ‘viuda de España’ y sus supuestas relaciones estrechas con dirigentes del PSOE andaluz, condenados por la corrupción en la conocida y milmillonaria trama de los EREs.
Losantos, lo recogemos así en PD, hablaba en su programa del enfrentamiento entre la ahora vicepresidente del Gobierno, Carmen Calvo y Magdalena Álvarez cuando ambas eran consejeras en la Junta de Andalucía y sufría sus tremendas batallas el entonces presidente andaluz, Manuel Chaves. El presidente convenció a José Luis Rodríguez Zapatero para que se las llevara al Gobierno y quitárselas así de encima:
Conseguido el reto, el locutor aireaba a su audiencia un dato quizás desconocido por el gran público:
«y cuando las colocó se pasó dos meses comiendo en el Gallo Rojo de Córdoba y bebiendo y cuando le faltaba algo llamaba a Gaspar Zarrías: “Gaspar, que venga la Pantoja, que venga”. Iba la Pantoja, le cantaba y le edificaba algo en Marbella”.
Pero Jiménez Losantos iba más allá, lanzando un reto directo a Mediaset:
“por cierto, eso no lo investiga Paolo Vasile, el respaldo del PSOE andaluz a Jesús Gil, a Julián Muñoz y, por tanto, a Isabel [Pantoja]».
Gaspar Zarrías fue la mano derecha de Manuel Chaves durante décadas, tanto en el Gobierno andaluz como en la Administración central, incluso para abandonar la Junta un Domingo de Ramos como hizo el expresidente autonómico. Tanta ha sido su unión que hasta la sentencia del caso de los ERE de Andalucía le ha impuesto la misma condena: nueve años de inhabilitación por un delito continuado de prevaricación pero no lo ha sido por el delito de malversación de caudales públicos debido a que un convenio que firmó en 1999 con su puño y letra no ha podido ser contemplado como prueba en el juicio.
Tal y como ha podido saber Periodista Digital de fuentes próximas a la cadena, las alusiones directas de Losantos a Vasile no han sentado nada bien ni en el propio aludido ni tampoco al ‘progre’ Jorge Javier Vázquez.
