No es un caso aislado. No hace mucho que la Policía atrapó a seis individuos serbios, albaneses y eslovenos que han cometido una treintena de asaltos a empresas con el método del butrón.
Les detuvieron cuando iban a cometer otro más, con las hachas, mazas y herramientas para robar en el coche, los transmisores para estar conectados en todo momento, ropa para cambiarse tras el robo y los planos de la empresa que iban a atacar esa misma noche.
Tienen numerosos antecedentes por los mismos delitos, documentos de identidad falsos, incluso uno de ellos tenía prohibida la entrada a España hasta en 2025 por delitos similares, aunque circulaba libremente.
A pesar de todo ello, a las pocas horas de ser detenidos quedaban en libertad.
Leer esto habrá recordado a los que tengan cierta edad aquel titular del diario «El País», el domingo, 28 de mayo de 2006, que: «Vente a España, esto es el paraíso, la policía ni te toca».
Estaba sacado de una escucha efectuada telefónica de la Guardia Civil a unos delincuentes rumanos.
Pues poco ha cambiado desde entonces.
La Policía Local de Sevilla ha detenido a un tipo, de apenas 40 años, que cuenta ya con otras 52 detenciones, incluyendo esta.
Es decir, que ya ha sido capturado por la Policía en 51 ocasiones anteriores.
La última de ellas: sólo dos días antes, también por robo.
En torno a las 1:30 de la madrugada de este 16 de enero de 2021, desde el teléfono de urgencias de la Local, el 092, se comisionó una patrulla a la confluencia de las calles Llerena y Previsión, donde según un denunciante anónimo escuchaba golpes en un bar ubicado en las inmediaciones, según explica el Ayuntamiento de Sevilla en un comunicado remitido a Europa Press.
Momentos después, la patrulla llegó al lugar, pudiendo escuchar la alarma del local y observando cómo, por uno de los ventanales, se intentaba introducir un varón, teniendo más de medio cuerpo en el interior a través del enrejado.
Este hombre, al percatarse de la llegada de los agentes intentó huir, si bien, no lo consiguió gracias a la rápida intervención de los agentes que procedieron a su detención, sin que llegara a iniciar la fuga.
Los agentes comprobaron los daños, así como que localizaron bajo la reja un gato mecánico que presumiblemente utilizó para doblar y desplazar los barrotes de la reja y facilitarse la entrada, localizándole además una navaja en el bolsillo.
En el lugar de los hechos se personó el propietario del bar, que fue informado de lo sucedido, así de los pasos a seguir para formalizar la denuncia de los hechos, comprobando en presencia de los agentes que no le habían conseguido sustraer nada y que no había nadie más en el interior.
Así las cosas, los agentes dieron traslado al detenido a dependencias policiales, donde una vez plenamente identificado, tuvieron conocimiento del largo historial delictivo, que supera las 50 detenciones, la última de ellas tan sólo de dos días antes, quedando a disposición judicial.
