La prensa despide a Salvador Illa recordándole su falta de ética política y el desastre pandémico que deja detrás.
‘El Mundo’ recuerda que negó el riesgo de la pandemia.
«Fracasó estrepitosamente en su intento de concentrar la compra de material y suministros en pleno confinamiento. Se mostró incapaz de llegar a acuerdos con la oposición. Diseñó una desescalada en primavera sin consenso con las comunidades autónomas. Faltó a la verdad sobre la composición de un comité científico que, finalmente, se reveló inexistente».
«Usó el embate de la segunda ola para hacer política partidista a cuenta de buscar el choque con la Comunidad de Madrid. Impulsó un estado de alarma hasta mayo, siguiendo las instrucciones de Sánchez, para evitar que éste rinda cuentas en sede parlamentaria. Y exhibió en todo momento una arrogancia y un sectarismo impropios de un ministro de Sanidad que ni siquiera es profesional del ramo».
La fuga de Illa es una fuga por conveniencia electoral.
«Con Illa de campaña –es el único candidato que tiene objetivamente en su mano aplazar los comicios catalanes–, y con Sánchez desaparecido ante la oposición y ante la prensa, ya no hay lugar para la fiscalización parlamentaria de su gestión. Ambos huyen como si permanecer bajo un estado de alarma, otra vez con más de 400 muertes diarias, fuese un indicativo de normalidad democrática. Y no lo es en absoluto», dice el editorial de ‘ABC’.
Ignacio Camacho dice que ‘el bicho’ es la última preocupación de Pedro Sánchez. Cosa de las autonomías. ¿El atasco de las vacunas? Problema de Europa, que no trae las dosis, o del consejero listillo de Murcia, o del Jemad.
«Ya encontrará Iván alguien o algo al que echarle la culpa y que sirva de carnaza para las tertulias. Que nadie moleste al César con esas minucias ahora que está embarcado en la operación estratégica que abrochará la legislatura».
A Isabel San Sebastián se le encoge el alma al ver al Congreso ausente. «Un Congreso que calla, al igual que nuestro líder patrio, cuando una portavoz de Bildu escupe que «el daño causado por ETA está reconocido; que fuese o no justo depende de cada relato».
Rafa Latorre señala al perro de paja famélico que va detrás del Gobierno desde el inicio de la pandemia. «Es el que va ladrando que el 8-M fue el origen de todo». El pecado original de Illa.
