Los dos ahora están enfrentados en la franja (en TVE y en laSexta) pero no hace mucho tiempo fueron compañeros de cadena cuando al primero, Jesús Cintora, lo ‘largaron’ de Mediaset por adoctrinar a la audiencia (como explicaba Paolo Vasile) y el segundo, Antonio García Ferreras, le abría las puertas de su casa: la segunda cadenade Atresmedia.
Cintora con ‘Las cosas claras’ en la tele pública y García Ferreras, desde ‘Al Rojo Vivo’, siguen al servicio del Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. El primero con el agravante de que lo hace desde la televisión que tendría que ser de todos los españoles y que, con programas como el suyo, la han convertido en la más sesgada políticamente de la historia y también en la menos vista desde que existen medidores de audiencia.
Jesús Cintora y Ferreras reman, sin escrúpulos ni disimulo, a favor de Sánchez y de sus socios de Ejecutivo desde sus posiciones mediáticas, cada vez con menos influencia por haberse convertido en marionetas del poder. Y como la audiencia no es tonta ni parte de la sociedad civil o la opinión pública y publicada tampoco lo es; comienzan a denunciar las prácticas de estos comunicadores.
Ejemplo de ello, como publica Periodista Digital, es este martes 9 El País con una contundente columna de opinión de Juan Cruz contra Cintora. El diario de PRISA ataca el estilo chusco que ha impuesto el ex de laSexta en la televisión pública, con el permiso de los Enric Hernández y compañía: «Se ha colado un género que es un degenero, la entrevista gritada e infructuosa».
Pero no es la única voz acreditada crítica contra Cintora. El mismo diario publicaba hace días una incendiaria opinión contra el presentador de ‘Las cosas claras’, obra del prestigioso escritor Javier Marías. El autor machacaba a Cintora e implícitamente deslizaba que el periodista soriano ha aprendido de su ‘maestro’: Ferreras.
“Justo antes del Telediario de las 3, pillo los últimos minutos de un programa con pinta horrible, llevado por un excolaborador de laSexta que no esconde su parcialidad. Procuro conectar en punto para ahorrarme su visión, aunque sea mínima, pero no siempre acierto”, dice Marías.
Prosigue: “En dos ocasiones —quién sabe cuántas más habrá habido— el programa se cerraba con la intervención de tertulianos de aspecto podemita-carnavalesco. Uno citó a un ex-fiscal según el cual el Estado habría actuado con los líderes independentistas como la Inquisición con los herejes (se deducía que aquéllos habían padecido el potro o las tenacillas). Otro restó valor a las declaraciones del vicepresidente [Pablo Iglesias]: ‘Total, es algo soltado en una entrevista’, como si lo que se dice en éstas no contara”
Concluye: “Un Vicepresidente no debería mentir a lo Trump, a sabiendas y con desfachatez. Cataluña alberga numerosos ciudadanos y líderes con las mismas ideas que Puigdemont y nadie los persigue por ellas”.
