Anda escocido Pedro Sánchez.
Es el líder del PSOE un tipo soberbio, muy pagado de si mismo e incapaz de asumir su humillante derrota del 4-M, ante la popular Isabel Díaz Ayuso, vuelve a sus viejas obsesiones de siempre.
Como recoge Luz Sela en OKdiario este 4 de mayo de 2021, el lider del PSOE -con la ministra ‘Dañina’ Darias de mensajera- y justo cuando los empresarios hosteleros empezaban a respirar, impone medidas más severas a las comunidades autónomas sin el consenso del Consejo Interterritorial de Salud.
Eso ha indignado a varias regiones y de forma particular a la Comunidad de Madrid, que es a la indudablemente apunta el ‘castigo’.
Las nuevas restricciones incluyen cierres perimetrales o del interior de los bares, lo que supone retroceder a meses atrás pese a la mejoría de la situación epidemiológica y el avance de la vacunación.
Lo que busca rencoroso Sánchez es dejar sin efecto algunas de las medidas de apertura de la Comunidad de Madrid, pese a que presenta una tasa de contagios sensiblemente más baja que las registrada cuando terminó el estado de alarma y el número de vacunaciones ha crecido de manera notable.
El jefe del Gobierno socialcomunista, que no ha montado empresa o trabajado en el mundo real en su vida, argumenta que las restricciones han sido aprobadas en el Consejo Interterritorial de Salud, pero la ley establece que sólo serán de obligado cumplimiento cuando se adopten por consenso.
Y de consenso, nada, porque hasta cinco Comunidades mostraron su disconformidad con el Ejecutivo.
En realidad, Sánchez lo que pretende es desviar la atención de los indultos a los golpistas catalanes con un nuevo enfrentamiento con Madrid, para construir el surrealista relato de que quien desobedece las leyes y se declara en rebeldía es la popular Ayuso, mientras le pasa la mano por el lomo a los sediciosos.
Le importan un comino los madrileños al Gobierno PSOE-Podemos, una vez que han visto que la ciudadanía de la capital de España y alrededores no les tiene el menor afecto o consideración
Hace bien Ayuso en ignorarle y seguir adelante con sus medidas sanitarias, porque la ley deja meridianamente claro que las disposiciones del Consejo Interterritorial de Salud, para que tengan eficacia jurídica, deben ser fruto del acuerdo.
El Gobierno de Pedro Sánchez puede vociferar o acusar a Ayuso de desobediencia. Ladran, luego cabalgamos.
Así que la presidenta madrileña acierta al seguir adelante con su plan, sin importarle el ruido de la izquierda y sus terminales mediáticas. Tiene el apoyo de la mayoría de los madrileños y está avalada por la ley.
Que Sánchez esté más cerca de los golpistas catalanes que de la presidenta madrileña no es ninguna sorpresa. Y si quiere hacer ruido para desviar la atención de los indultos, la estrategia tiene pinta de convertirse en un nuevo fracaso.
