Si algo caracteriza al periodista y escritor Jorge Bustos es su forma de ejercer la profesión, crítico -cuando corresponde- con el Gobierno PSOE-Podemos.
Jefe de Opinión de El Mundo, colaborador habitual en COPE, Telecinco y laSexta, Bustos recuerda en una charla con Alfonso Rojo para ‘La Segunda Dosis’, al columnista Raúl del Pozo, que ha escrito sobre el «intento de Maquiavelo comprado en los chinos que pretende ser Sánchez». Maquiavelo era aquel filósofo que enseñaba que la moral debería estar separada de la política pero que un gobernante demasiado despótico acaba siendo derrocado por el pueblo.
Asimismo, el tertuliano recuerda la humillación de Rufián a Sánchez cuando dejó en ridículo al presidente del Gobierno en la sesión de control del Congreso de los Diputados.
«Cuando hasta tus propios aliados del Gobierno te llama mentiroso y se ríe del valor de tu palabra, tienes un problema«, afirma Bustos.
«Los ministros viven con miedo a que les echen»
La solución, parece que ahora pasa por renovar las caras de un gabinete «completamente carbonizado», según el periodista que sostiene que estamos asistiendo a una quiniela y que todo lo que diga al respecto, es pura especulación ya que «solo Sánchez sabe lo que va a pasar».
«Los ministros viven en una zozobra y pegados al móvil con miedo a que les llamen para echarles. Deben estar en un sinvivir temiendo el dedo del amo».
Afirma además que el periodismo político, «no deja de tener mucho de periodismo de corazón», y que un ascenso de Iceta puede engrasar sus relaciones con el separatismo.
Prevé Bustos que Sánchez intentará hacer cambios propagandísticos, «paliar con efectismo su falta de apoyo». Ya que, aunque todos los gobiernos son una mezcla de gestión y propaganda, expone que el de Sánchez «tiene mucho de lo segundo».
Para concluir, lamenta el comunicador la forma en la que el periodismo se ha precarizado por el cambio de modelo que ha supuesto Internet y «los periodistas tienen más miedo a quedarse en la calle», por lo que creen que acercándose a quién esté en la Moncloa, les va suponer un paraguas.