Santiago Abascal ha denunciado en la localidad vasca de Mondragón, este 18 de septiembre de 2021, la «traición» a las víctimas del terrorismo de Pedro Sánchez, al que ha acusado de ser presidente del Gobierno «con los votos de ETA».
Los fanáticos proetarras -los mismos que planeaban celebrar alli una marcha de apoyo al sanguinario asesino Henri Parot-, han intentado boicotear el «acto de desagravio a las víctimas de ETA» celebrado en la localidad guipuzcoana, con intercambio de gritos e insultos, pero ni Abascal, ni los que iban con él han pestañeado.
El presidente de Vox, tras haber escuchado las palabras de María Jesús González -madre de Irene Villa– y del propio Alcaraz, Abascal se ha dirigido a los periodistas:
“Nos da igual cómo llamen a lo que lleva ocurriendo aquí hace muchos años, recibimientos, actos de homenaje a terroristas, manifestaciones de apoyo, reivindicación por los supuestos derechos vulnerados de los terroristas, criminales y de los peores asesinos psicópatas que ha conocido nuestra tierra…, porque lo que en realidad está ocurriendo de manera sistemática -con la permisividad de las instituciones y especialmente con la complicidad del presidente del Gobierno- es un acto permanente de exaltación del terrorismo; de reivindicación de la banda terrorista ETA, de todos y cada uno de los crímenes que la banda ha cometido en esta tierra y en el resto de España durante décadas».
EL GESTO DE MONDRAGON
Algo después de pasadas las 12, hora fijada para el inicio del acto, un pequeño grupo de manifestantes con un megáfono ha salido del parking al ritmo del ‘Y viva España’ de Manolo Escobar, lo que ha hecho a los demás prorrumpir en aplausos y más gritos de «¡Viva España!» y «¡ETA asesina!».
Por momentos, los enfrentamientos a un lado y otro del río han subido de intensidad, pero se han limitado a gritos y gestos.
Finalmente, han llegado Santiago Abascal, Macarena Olona, Javier Ortega Smith y Victor Manuel Sánchez del Real, entre otros representantes de Vox que participaban en el acto y que, eso sí, iban acompañados por su compañero en el Congreso, Francisco José Alcaraz y otro símbolo del partido y de la lucha contra el terrorismo: José Antonio Ortega Lara.
El acto ha empezado con dos minutos de silencio, «por todas las víctimas del terrorismo» y en especial las de Henri Parot, sólo roto por los insistentes y metálicos golpes del vecino proetarra y, mucho menos sonoros, por los insultos lejanos de los facinerosos más allá del cordón policial.
Después ha tomado la palabra María Jesús González, la madre de Irene Villa, que ha recordado los nombres de las once personas que fueron asesinadas en el cuartel de Guardia Civil de Zaragoza:
«José Pino Arriero, sargento de la Guardia Civil, Mari Carmen Fernández Muñoz esposa del anterior, Silvia Pino Fernández, de siete años e hija de los anteriores; José Ballarín Gavá, cabo de la Guardia Civil; Silvia Ballarín Gay, de 6 años e hija del anterior; Emilio Capilla Tocado, guardia civil; María Dolores Franco Muñoz, esposa del anterior; Rocío Capilla Franco, de 12 años e hija de los dos anteriores; Miriam Barrera Alcaraz, de 3 años; Esther Barrera Alcaraz, hermana gemela de la anterior; y Ángel Alcaraz Martos, de 17 años».
Tampoco con la terrible lista han cesado los gritos, los silbidos y los golpes metálicos, como no lo han hecho durante la breve pero contundente intervención de Francisco José Alcaráz, que ha admitido que su presencia en Mondragón buscaba provocar:
«Es verdad, queremos provocar que se remuevan las conciencias de tantos españoles que han sido adoctrinados», ha dicho, señalando «a la clase política y a los medios de la izquierda» que «quieren que renunciemos a la memoria, a la dignidad y a la justicia».