El fallecido fue el primer director que editorializó sobre el 3%

Muere Antonio Franco, el periodista que rechazó dirigir La Vanguardia y El País

Creó el diario que puso más en peligro el liderazgo de La Vanguardia para acabar en la etapa final de su trayectoria colaborando con él

Muere Antonio Franco, el periodista que rechazó dirigir La Vanguardia y El País
Antonio Franco. PD

Las televisiones apenas han hecho referencia a la desaparición de uno de los directores de periódico más relevantes del periodismo impreso en Cataluña y en el conjunto de España. El nombre de Antonio Franco, fallecido el pasado 25 de septiembre de 2021 es inseparable de la cabecera que fundó y dirigió durante 25 años: El Periódico de Catalunya. Podría haber sido otras cosas, director de El País o director de La Vanguardia, dado ambas cosas le ofrecieron y ambas cosas rechazó. (Pocos pueden decir lo mismo, en especial en el caso del periódico-institución catalán).

Antes de que aceptara el reto de crear El Periódico ya había vivido batallas mediáticas de renombre. Se había enfrentado a los sectores más inmovilistas de la sociedad con las revistas transgresoras Barrabás y El Papus, había desafiado al pujolismo en la revista Destino cuando el futuro molt honorable sólo era banquero pero ya apuntaba maneras purgando de publicación a rojos (que años después se volverían naranjas) y, finalmente, encabezando el motín de la redacción de Diario de Barcelona contra su empresa editora en 1977. Aquella rebelión en ‘El Brusi’ causó tal trauma en las redacciones de la época que los editores tomaron medidas para que algo así no volviera a repetirse.

A pesar de esa carta de presentación (o precisamente por ella) el editor Antonio Asensio eligió a Antonio Franco para encabezar el ambicioso proyecto de crear un periódico que disputara a La Vanguardia el liderazgo de la prensa catalana después de que el intento del Grupo Mundo, encabezado por un aventurero opusdeista aliado a comunistas, se fuera a hacer puñetas. Franco tenía clara su estrategia. No se trataba sólo de rivalizar editorialmente para dirigirse a los lectores de las zonas obreras frente a una La Vanguardia dirigida a las clases más altas. También se precisaba un estilo visual diferente,  más dinámico, alegre y hasta sensacionalista. “Tenemos que imitar el estilo del ‘Bild’ pero con la línea editorial antagónica”. Y así se lanzaron los proyectos de El Periódico de Madrid (ruinoso) y El Periódico de Catalunya (exitoso).
Franco pilotó el periódico desde su fundación en 1978 a su jubilación en 2006 con un paréntesis de 5 años ante la oferta irrechazable de Jesús Polanco de fichar por El País para poner en marcha El País-Cataluña. Cuando fue propuesto para sustituir a Juan Luis Cebrián en la dirección nacional de El País (como el propio Cebrián reconoce en sus memorias) decidió volver con Asensio en una operación que él mismo reconocía como delicada. “Me parecía que los de PRISA eran capaces de matarme si se enteraban que les dejaba para volver a Zeta”.

En un mandato tan longevo son inevitables los enfrentamientos con otros colegas del gremio. Enemigos como Federico Jiménez Losantos o Fernando Vizcaino Casas, para burlarse de él solían decir que estaba acomplejado por apellidarse ‘Franco’ en una Cataluña tan antifranquista. Losantos le reprochaba, además, la cobertura burlona que hizo El Periódico del atentado que él sufrió de Terra Lliure, Franco aseguraba cuando le preguntaban por esto que era su réplica a comentarios burlones que – según él – Losantos había hecho del atentado que sufrió Martínez Soler.

Con PRISA chocó durante la ‘Guerra del Fútbol’ y a Pedro J. Ramírez, que le levantó la primicia del caso Filesa, diríase que nunca le tragó. Pero su gran competidor fue siempre La Vanguardia, el periódico que Godó padre le ofreció dirigir para congraciarse con los recién llegados socialistas al poder (marca de la casa). Franco declinó la invitación por no ver claro el reparto de competencias del director, con el del ex director (que aun revoloteaba por la zona) y el editor.

Como director de El Periódico sólo atacó una vez a La Vanguardia. Fue durante el caso de los espionajes de 1993 por el dolor que le supuso conocer que las huestes del condado le habían espiado y grabado conversaciones con su colega Pérez de Rozas para ver si este le estaba filtrando información.

De todos sus editoriales, él recordaba como los más relevantes dos: el que escribió contra Aznar tras los atentados del 11-M y el que publicó a principios de 2005 denunciando el rumor el 3% en Cataluña, editorial que inspiró a Maragall a, el mismo día que salía publicado, denunciarlo el tema en el Parlament. Quizá no fue mucho, pero bastante más que todo el resto del gremio, tanto en Barcelona como en Madrid.

Tras su jubilación llegaron momentos extraños en El Periódico. Su sucesor Rafael Nadal apostó por el independentismo (él diría soberanismo) y tuvo que llegar Enric Hernández, para devolver al periódico al espectro de la legalidad constitucional que Asensio siempre había defendido.

En su última etapa Franco aceptó ser colaborador de La Vanguardia, el periódico al que tanto había combatido. Desaparece cuando en el sector mediático ya no quedan ni asensios, ni zetas, ni polancos y en cambio se mantienen, como siempre, los godos.

J. F. Lamata

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Autor

Juan F. Lamata Molina

Apasionado por la historia en general y la de los partidos políticos y los medios de comunicación en particular.

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