Zapatero a tus zapatos, reza el popular dicho español.
Justamente ese aserto es el que no ha cumplido Pablo Iglesias al colocar a su exasistente en Bruselas, Dina Bousselham, al frente del engendro digital de La Última Hora.
Ese panfleto fundado con el único objetivo de poner en la diana de las críticas a los periodistas incómodos para el Gobierno socialcomunista, especialmente para la parte podemita de la coalición, ha sido una completa ruina económica.
M.A. Ruiz Coll lo cuenta con todo lujo de detalles en El Español. Apenas ha pasado un año y medio desde que el diario digital de Unidas Podemos viera la luz para que ya se hable sin tapujos de quiebra.
Así lo atestiguan las cuentas presentadas ante el Registro Mercantil.
El curso 2020 se cerró con unas pérdidas de 15.217 euros y su capital social apenas supera los 3.000 euros. Con la ley en la mano, ahora mismo la empresa está en causa de disolución y esta sería efectiva en el plazo de un año de continuar esta tendencia.
El medio de referencia de los morados presume de tener cero ingresos de publicidad, tanto pública como privada, y de subvenciones de instituciones y organismos públicos.
Su fuente de ingresos ha venido de las aportaciones de los lectores, en total 123.046 euros en todo 2020.
Por tanto, ¿por qué boquete se han ido los dineros donados por los lectores?
El grueso de esa cantidad, unos 102.000 euros se destinó a gastos de personal. Y eso que como plantilla fija apenas se llegó a tener a tres trabajadores. 2,43 revela con cierta coña El Español.
Pero hay un dato más chocante. El medio de Bousselham no pagó un solo céntimo del Impuesto de Sociedades, ya que este tributo se calcula sobre los beneficios de la sociedad.
Y el remate es que la sede del periódico podemita está en el exclusivo barrio de Salamanca de Madrid, aunque bien es cierto que ocupa una sala del despacho de abogados de Enrique Santiago, secretario general del PCE y secretario de Estado para la Agenda 2030.
ATAQUES Y MÁS ATAQUES
Los ataques de ‘La última hora’ a la prensa
Son muchos los periodistas y comunicadores que se han visto acosados y señalados por Dina Bousselham y Podemos.
El libelo de Dina Bousselham ha situado en su mirilla a periodistas tan famosos como Vicente Vallés, Alfonso Rojo, Eduardo Inda, Carlos Herrera, Federico Jiménez Losantos o Ana Rosa Quintana.
Incluso han intentado coaccionar a profesionales de izquierdas, teóricamente más amables con sus postulados, como a los profesionales de la Cadena SER donde ahora, curiosamente, Pablo Iglesias imparte doctrina.
El panfleto que dirige Dina Bousselham ha hecho gala del acoso y derribo contra los medios de comunicación privados por la misma lógica que Podemos no puede controlarlos ni dictarles su argumentario.