Lo de Isabel Díaz Ayuso ganadora del Congreso del PSOE no es sólo una broma de Alfonso Rojo.
La fundamenta el director de Periodista Digital en la ‘estupidez’ del PSOE, de empeñarse en su reciente cónclave en mantener como tema la ‘descentralización’ de Madrid, sacando organismos y funcionarios de la capital de España para colocarlos en Ponferrada, Venta de Baños, Porriño y sitios así.
Al margen de eso, digno de resaltar por incongruente y desquiciado, es el respaldo que ha dado el veterano Felipe González, al borde ya de los 80 año y con un trayectoria política a la espalda, al falsario, tramposo, inmoral y fake Pedro Sánchez.
Que un ex secretario general o presidente de un partido respalde al que ocupa el cargo que un día fue suyo es lo normal. Pura lógica.
Lo que se antoja más rarito es que lo haga alguien que ha puesto a parir a ese gobernante del tres al cuarto, que se llama Sánchez y es todavía presidente del Gobierno.
Allá por 2016, González insistió en que se sentía “engañado” por el sucesor de su sucesor como presidente del Gobierno socialista.
hace unos meses, a cuenta de la penosa gestión de la pandemia, dijo:
“Cuando todo está mal, aparece ahí un tío y dice que todo está bien y que el futuro es cojonudo”.
González y no otro fue el que replicó sin contemplaciones a Podemos y a miembros de su partido aliados ahora de Sánchez: “A mí nadie me manda callar”
El mismo que se distanciaba del presidente que ha pactado con el jefe de ETA, Arnaldo Otegi, con los golpistas catalanes y con los sicarios en España de Nicolás Maduro y el ayatolá Jamenei.
“No estoy en esa corriente oportunista, que dice: ‘donde está el poder, estoy yo’”.
O quien se mostró tajantemente en contra de los indultos:
“Yo no lo haría, el debate no es si se dan las condiciones, sino si están dispuestos a respetar la legalidad”.
González se ha desdicho en tres horas de sí mismo en veinte años, sin necesidad de grandes palabras: le ha bastado el silencio sobre los pactos del PSOE con Bildu y ERC y un ‘beso’ con Sánchez para evidenciar que, antes que español, es del PSOE.
O que teme más a una Fiscalía General ostentada por Dolores Delgado en nombre de Baltasar Garzón que al triste epílogo de su historia: quizá le haya pesado más la sospecha de que, si a Zapatero le han sacado todas la vergüenzas en Venezuela, a él le pudieran publicitar las artimañas reales o ficticias que cualquier poderoso acumula en 79 años de biología y 24 de ex presidencia.
Y ahora, como explica Alfonso Rojo, abrazado a Zapatero y aplaudiendo a Sánchez.
