Por chusco que parezca, tenemos que hablar otra vez de ese bodrio llamado Ley de Memoria Democrática, que impulsan Pedro Sánchez y sus compinches.
No les voy a repetir que, cuando se aplique, cerrarán un medio de comunicación como Periodista Digital, por sostener que la II República fue un espanto cargado de ilegalidades y crímenes o que a mi pueden meterme en la cárcel y freírme a multazos por decir algo tan obvio como que el PSOE y los comunistas se hartaron de matar inocentes hace 85 años o que el socialista Largo Caballero fue el principal responsable de la Guerra Civil de 1936.
Tampoco que es una aberrante manifestación de sectarismo y estupidez y no sólo porque los responsables de esos ‘crímenes franquistas’, que Sánchez y sus socios pretenden perseguir, hace mucho que están muertos.