Unos datos: Alemania tiene 83 millones de habitantes y desde ayer, con la retirada de Ángela Merkel, un Gobierno de coalición ‘semáforo’- con tres partidos -socialdemócrata, liberal y verde- que se reparten dieciséis ministerios.
La España de Sánchez con algo más de la mitad de habitantes, unos 47 millones, sufre un Gobierno de dos partidos -el PSOE y Podemos- que se reparten veintidós ministerios.
Es evidente que al socialista Sánchez y a sus compinches les importa un bledo que se dispare el gasto público o que la mayoría de las carteras sean irrelevantes.
No les importa, porque pagamos nosotros, los sufridos contribuyentes y ellos y sus amiguetes se lo están llevando crudo.
Por cierto, que en eso malgastar el dinero de los españoles, no son sólo el PSOE y Podemos adictos al malsano vicio
Por si les sirve como motivo de reflexión, sepan que el Senado de EEUU, una institución con peso y funciones muy importantes en la vida política del país más poderoso del mundo, tiene 100 senadores.
Y que EEUU tiene 330 millones de habitantes y 50 estados.
Pues España, con 47 millones de habitantes y 17 comunidades autónomas, mantiene y paga a 265 senadores, que no hacen prácticamente nada en una institución que no vale para nada.
165 senadores más que EEUU, con la séptima parte de su población y veinte veces menos territorio.
Más de una vez les he dicho que no tiene nada de extraño que Sánchez, Calviño, Iglesias, Montero y compañía se desgañiten repitiendo que España va bien, porque a ellos les va de cine.
El que no viaja en Falcón, ha pasado del pisito de protección oficial al chalet con piscina y el que vendía pulseras playeras, tiene ahora sueldo de marajá.
Y quien no ha colocado de catedrática a su mujer, sin conocimiento alguno, como ha hecho Sánchez con Begoña, la ha metido de ministra, como ha hecho Iglesias.
Sin excepciones.
Acaba de trascender que la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional ha descubierto nuevas conversaciones que en las que aparece Baltasar Garzón en una operación encubierta del comisario Villarejo, para tratar de desactivar un procedimiento judicial en Guatemala contra un empresario español, el naviero Ángel Pérez Maura, por delitos de corrupción.
En las cintas se escucha textualmente:
“Ojo porque la nueva ministra de Justicia, Dolores Delgado, es la novia del Mago”.
A lo que el otro contesta: “Si papito. Eso está en el coctel”.
Y rematan: “Alucino con El Mago. Se está forrando”, El Mago, como ya se habrán dado todos ustedes cuenta, es Baltasar Garzón.
Y ahora, tomen aliento y díganme si en algún país democrático del mundo sería posible que la Fiscal General del Estado tuviera como novio a un juez condenador por prevaricar y que se estuvieron forrando aprovechando sus contactos.
Pues es lo que tenemos en la España de Sánchez
