La velocidad con la que algunos medios españoles publicaron el rechazo de unos pobres ´commissioners´ a la inversión de la compañía vasca en Nuevo México ha hecho que todo el mundo periodístico se haya dado cuenta de la existencia de una trama, que ya conocíamos, en contra de los intereses de lberdrola.
Cada pata de la trama tiene su propio objetivo, su propósito final.
No coincidente en la meta pero sí en el medio: la destrucción de la reputación y, si puede ser, del propio cuerpo de la que ya es la segunda eléctrica del mundo.
En un país como el nuestro en el que reina la envidia.
¿Qué se puede esperar de una nación, como decía Jorge Luis Borges, en el que la palabra ´envidiable´ es sinónima de ´algo bueno´?
Pero, no se engañen, la envidia a veces esconde intereses vergonzantes.
Decía también Plinio que la envidia es una pasión que implica inferioridad. Y todos los que envidian la posición de Iberdrola no pueden soportar saber que Iberdrola lleva más de 17 años en Estados Unidos y que posee allí unos activos valorados en 40.000 millones de dólares.
De tal manera que el presunto revés de Nuevo México es una mota de polvo en un universo desconocido por los envidiosos.
La trama
¿Por qué llega a algunos medios de comunicación españoles, estratégicamente dispersos y con sospechosa celeridad, que una comisión sin importancia, pero cuya relevancia ha ralentizado una inversión, relaciona su negativa a una operación inversora con el caso Villarejo?
Todo obedece a una simple y lesiva trama contra Iberdrola que está afectando a las inversiones y a la credibilidad de España en el exterior y que pasará a la historia como la mayor conspiración y absurda e inconsciente intriga.
Ya se ha demostrado que el documento principal, el de un tal Olmo, era falso. Un documento que fue la base para que el presidente de Iberdrola fuera investigado. Por eso la defensa insiste en llevar a cabo las diligencias precisas para verificar la autenticidad del escrito. ¿Por qué el juez no ha practicado tales diligencias?
Mientras tanto, Ignacio Galán no ha parado de pedir declarar para desvelar la burda trampa. La Audiencia Nacional no le permitió personarse para aclarar que todo forma parte de una gran patraña. Una mentira que ha forjado la trama con menos pericia que la de un vulgar enredador.
En la trama que se ha montado, y que incluso los más ´haters´ de Galán reconocen, están algunas empresas petroleras contaminantes de EEUU, los enemigos de la Gobernadora de Nuevo México, unos bufetes de abogados españoles que, dicen, filtran las noticias contra Galán e Iberdrola a los medios y que cobran a saber de quién. Y ese quien, esos quienes, tienen nombre y apellidos. Protagonistas de un ataque tan pueril como asqueroso.
Pueril porque hacen más ruido que una gallina. Y asquerosos porque, aunque no lo vayan a conseguir, ponen en riesgo grandes inversiones españolas en el exterior que dan lugar a que los proveedores españoles generen valor añadido, empleo y prestigio.
El asunto de Nuevo México
La envidia no puede soportar que Iberdrola, como dice uno de sus ejecutivos, sea un 25% más grande que el Santander, el doble que el BBVA, tres veces Telefónica y cuatro veces Repsol. Todo ello debido a la brutal expansión promovida por Ignacio Galán desde que llegó a la empresa vasca.
Iberdrola, que en EEUU se llama Avangrid, cotiza en Wall Street, ni más ni menos, y es, como hemos dicho, la tercera eléctrica renovable de Estados Unidos con cerca de 10.000 MW. Vamos que distribuyen electricidad y gas en Nueva York, Massachusetts, Conneticut y Maine. En definitiva, diez millones de norteamericanos disfrutan de la electricidad que produce la empresa española.
Resulta que Galán piensa gastar en EEUU en el período 2020-2025 la friolera de 30.000 millones de dólares. Un negocio redondo que no puede soportar la trama porque, aún sin haber terminado de construir con ingenieros vascos el primer parque eólico marino de EEUU (Vineyard Wind) valorado en 3.000 millones de dólares, su electricidad ya la tiene vendida para su venta en Massachusetts.
Que el negocio sea bueno, fruto de la tecnología vasca y la audacia de gestión, supone que Iberdrola-Avangrid ya haya firmado un contrato para un parque eólico en Conneticut de otros 3.000 millones de dólares. Dispondrán en 2026 de 800 MW en Park City Wind. Amén de estar esperando la autorización de 1.200 MW en Massachusetts y de 2.500 MW en Carolina del Norte.
Por eso lo de Nuevo México apenas tiene importancia. Primero porque todo el mundo sabe en Alburquerque que Iberdrola tiene el apoyo de la Gobernadora y del Fiscal General. Todo el mundo sabe en Nuevo México, sí, que la compra de la empresa PNM ya fue aprobada por la Public Utility Commission de Texas y que los federales están más que interesados: Committee on Foreign Invesment in the US, Federal Energy Regulatory Commision, Federal Communications Commision, Hart-Scott-Rodino Clearence, Nuclear Regulatory Commision, y un largo etcétera.
Nos preguntábamos más arriba cómo una inversión aprobada por la Federal Energy Regulatory Commision tiene en contra a una diminuta, aunque inevitable, comisión popular de Nuevo México. Y aquí, como hemos dicho, aparece una parte de la trama que tiene su capital en España.
Más allá de las sospechas sobre algunos ´commissioners´, la relación entre montar energía limpia en Nuevo México y la lentitud de un juez en la Audiencia Nacional, es, créanme, ridícula. ¿Por qué no dijeron nada cuando rechazaron otras operaciones? No sé formó ningún escándalo cuando no se autorizaron las operaciones de NextEra-Oncor, Exelon-Pepco, Hydro One y Avista, entre otras.
¡Porque aquí lo que se trata es de destruir a Galán, a Iberdrola y a la verdad! Utilizando cloacas, alcantarillas, algunos medios y algunos poderes que todo el mundo sabe quiénes son, dónde están y a qué se dedican.
La trama no es la que se piensa
Descartemos despistados que pasaban por allí. En la trama no forma parte una ministra despistada que aprobó castigar fiscalmente, sin razón, la producción de energía limpia en España y que dio marcha atrás ante tamaño error cuando ya la empezaban a llamar ´la ministra antiecológica´. Por muy buenos mensajes que esté Iberdrola tratando de enviar a la opinión pública defendiendo ahora al Gobierno.
Nada tiene que ver la trama, aunque sí con otra cosa, la presencia de las empresas de gas, del lobby gasístico, en el Gobierno de la Nación que tanto cuida, vela y defiende a las empresas que más CO2 están provocando. Un lobby que tiene como protagonista la figura de Natalia Fabra en el Foro Asesor de la ministra Ribera o en el Consejo Asesor de la ministra Calviño. ¿Y qué problema tiene Fabra hija de Fabra? Pues ni más ni menos que es consejera de Enagás. ¡Consejera de Enagas!
Tampoco forman parte de la trama la competencia española. Naturgy forrándose con la subida del precio del gas (ha aumentado un 57% su beneficio) o Repsol cuyos beneficios extraordinarios a costa del depósito de la gasolina de los ciudadanos es sencillamente una vergüenza. Eso sí, Endesa se dedica a producir electricidad muy contaminante derivada del carbón y Repsol le propuso el pasado mes de noviembre a Pablo Casado, en una reunión con todas las energéticas, volver al carbón. Sólo Iberdrola lleva casi veinte años promoviendo las descarbonización de la tierra y la utilización de energías limpias.
Entonces, ¿quién es la trama? Todo el mundo en este foro sabe quién urde el montaje, quiéne están detrás, qué intereses persiguen y a qué dedican su tiempo libre. Pasarían desapercibidos si no fuera porque ponen en riesgo la recuperación de España.