Editorial de Alfonso Rojo en 'La Segunda Dosis'Periodista Digital

LA SEGUNDA DOSIS

Alfonso Rojo: “La política de apaciguamiento de Sánchez alimenta el apedreamiento de niños en Cataluña”

En Cataluña, como nos puede pasar en otras regiones, hemos llegado a este esperpento porque los melindrosos Gobiernos centrales de turno, la tibia la RAE, los llamados intelectuales y el aborregado periodismo patrio han tenido siempre miedo a entrar en la batalla

Llevamos en la portada de Periodista Digital la carta que han escrito al mundo los padres del niño de 5 años, acosado por la caterva de nazis que marca el ritmo y el tono de la política y la vida en Cataluña.

Y de toda la misiva, redactada parcialmente en catalán y con el título en inglés de una mítica canción de Bob Marley -‘Stand up for your rights’-, hay una frase que quiero destacar.

Es esa en que la familia, cuya casa proponen apedrear los acomodados líderes del independentismo catalán dice:

“Os agradecemos los gestos, pero os queremos pedir un poquito más, los que nos decís en privado hacerlo público también. Nadie quiere ser héroe, desde luego nosotros tampoco, queremos ser padres, pero para que nuestra sociedad sea libre debemos vencer ese espiral de silencio que nosotros mismos creamos”.

En Cataluña, como nos puede pasar en otras regiones, hemos llegado a este esperpento porque los melindrosos Gobiernos centrales de turno, la tibia la RAE, los llamados intelectuales y el aborregado periodismo patrio han tenido siempre miedo a entrar en la batalla.

Ni las lenguas ni los territorios tienen derechos. Somos los ciudadanos, quienes tenemos derechos

Se ha perdido por incomparecencia, por falta de valor y de voluntad. La diferencia sustancial entre el español y otras lenguas de España es que el español es la lengua oficial de todo el Estado, la lengua que nos permite a todos participar e intervenir en los asuntos públicos.

Por eso tiene un artículo propio en la Constitución, el 3.1, que dice así: “El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla”.

Y ahí está lo fundamental: Ni las lenguas ni los territorios tienen derechos. Somos los ciudadanos, quienes tenemos derechos.

No se trata de proteger el idioma español en una parte de España o el catalán en la periferia de Barcelona. Lo esencial, lo vital, lo trascendente, es el derecho de ese niño, al que apedrean los independentistas, a estudiar, hablar y pensar en español.

¿Qué clase de democracia permite que se le haga bullying a un crío de 5 años y que se anime a apedrear su casa?

Y todo ante la pasividad del Gobierno PSOE-Podemos, asustado ante la simple posibilidad de que sus socios golpistas le aprieten las tuercas y eso ponga en riesgo la continuidad del socialista Sánchez en La Moncloa.

La historia del mundo demuestra reiteradamente que los malvados se imponen y logran sus propósitos porque entre los buenos, que suelen ser mucho más numerosos, abundan los timoratos y los propensos al apaño y el cambalache.

Eso, me hace recordar que justo antes de la II Guerra Mundial y cuando Chamberlain cedió ante Hitler y le dejó anexionarse territorios de mayoría germana en Checoslovaquia, creyendo que así apaciguaría al monstruo y evitaría el conflicto, Churchill le dijo aquello de: “Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra… elegisteis el deshonor, y ahora tendréis la guerra”.

Tenía razón Churchill y que aprendan quienes proponen apaciguamiento en Cataluña.

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