No pintan bien las cosas para PSOE, Podemos y compinches en Castilla y León.
A poco más de un mes de las elecciones autonómicas en la región, todas las encuestas vaticinan un triunfo claro del PP, que sólo o con el respaldo de in VOX en claro crecimiento, acaricia la mayoría absoluta.
Para evitar la debacle, que a escala a nacional podría ser interpretada como una reedición de lo ocurrido en Madrid, el 4 de mayo de 2021, un maniobrero Pedro Sánchez ha decidido echar buena parte de la carne en el asador e implicarse en la campaña.
Con escaso éxito, de momento, a tenor de lo que se vivió este 9 de enero de 2022.
Un millar ganaderos y agricultores, arropados por algún policía de paisano harto de cobrar un sueldo de miseria y de ver que agentes municipales y autonómicos tienen sueldos muy superiores, recibieron al socialista Sánchez en Palencia con gritos y una sonora pitada.
Además de ‘pelele’ y otros calificativos similares, los manifestantes exigieron al presidente socialista el cese inmediato del ministro de Consumo, Alberto Garzón, por sus declaraciones sobre la calidad de la carne realizadas al diario británico The Guardian.
Se equivocarían, y mucho, quienes pretendan reducir lo sucedido a un simple chispazo causado por las incalificables declaraciones a la prensa británica del inefable ministro de Consumo, Alberto Garzón, en las que acusaba a la ganadería intensiva de producir carne de mala calidad y a base de maltratar a los animales.
El enfado va mucho más allá y tiene raices profundas.
Desde las restricciones al riego, hasta la protección del lobo, pasando por el incremento de los precios de todos los insumos que precisan los agricultores para producir, la España rural ve cómo se legisla a sus espaldas y, sobre todo, teme la nueva ofensiva de la «ideología verde» que se le viene encima.
Sánchez acudía a la capital palentina a apoyar la candidatura de Luis Tudanca a la Presidencia de la Junta de Castilla y León, pero se ha llevado un sonoro ‘sopapo’.
Casi una hora antes de que diese comienzo el acto político, que que duró menos de una hora, los agricultores y ganaderos se concentraron frente al recinto, donde el líder del PSOE iba a intervenir, y realizaron una sonora pitada, con gritos y abucheos, cuando entró la caravana de coches.
La concentración estaba encabezada por una pancarta en la que se leía «Garzón, cese o dimisión», firmada por las tres organizaciones agrarias mayoritarias, Asaja, COAG y UPA.
También había alguna pancarta de Jusapol.