El PP tiene nuevo líder y es indudable que con Feijóo, el centroderecha español tiene ahora más posibilidades de echar a Sánchez de La Moncloa.
Lo cual es la prioridad absoluta, pues si el líder del PSOE continúa de presidente del Gobierno otra legislatura peligran nuestro bolsillo, la integridad de las instituciones, el bienestar y la educación de nuestros hijos e incluso algunas de nuestras libertades, incluida la prensa.
A favor de Feijóo se puede decir que es un tipo serio, prudente, que gestiona bien y conoce como pocos por dentro la Administración.
Lo que no se puede esperar de él, a la vista de la forma en que ha ejercido la presidencia autonómica en Galicia, apoyado en cuatro mayorías absolutas consecutivas, son milagros.
Se trata de un centrista que pescará electores en el centro, arrebatando a los socialistas indecisos, que recogerá de forma natural el voto de Ciudadanos y que, en mi opinión, no frenara la marcha hacia VOX de un buen contingente de ciudadanos, bastantes de ellos antiguos votantes de PP, que quieren batalla cultural, ideología y entienden que no se puede ceder más terreno ante la izquierda.
A tenor de lo que se le ha escuchado durante el Congreso de Sevilla, Feijóo va a apostar a fondo por la gestión.
Lo ha dejado claro repitiendo otra vez eso de “sabemos gobernar”.
Tengo la impresión de que eso puede bastarle al PP para hacerse con el Gobierno de España, con el respaldo de VOX, pero no me agrada.
Si Feijóo, acorde a lo que ha dicho hasta ahora, opta por la fórmula Rajoy y se centra esencialmente en arreglar entuertos y mejorar la economía, algunos nos vamos sentir bastante frustrados.
Sánchez, en la estela de Zapatero y ayudado por los proetarras de Bildu, los golpistas catalanes y los chavistas de Podemos ha puesto en entredicho hasta la unidad de España, devaluado la Educación, manipulado nuestra Historia, promocionado el sectarismo, erosionado la Justicia, atacado hasta la lengua de todos los españoles.
El español está perseguido en las aulas de Cataluña y País Vasco, siendo la lengua más hablada en sus calles. Las leyes del 25 % de castellano se incumplen impunemente en los colegios catalanes sin que nadie arquee una ceja. La calidad de nuestra democracia ha empeorado y siguen vigentes aberraciones como la mal llamada Ley de Memoria Democrática.
Ni he visto ninguno de estos temas ni en la agenda de Feijóo ni en la lista de prioridades que el PP manejaba en Sevilla
Y me parece grave, porque es perfectamente posible combinar la moderación con una buena gestión y el apoyo sin matices a la libertad, la unidad España y el valor de nuestra Historian y nuestra Cultura.
