Se acabó el cuento. O se está empezando a acabar, porque hasta ahora eran ‘irresponsables’.
Con el cuento de que no son medios de comunicación, sino simples herramientas, aunque en la practica seleccionan, filtran, censuras, jerarquizan y publican información, como cualquier periódico, diario online o cadena de televisión, gigantes como Twitter, Google o Facebook no asumen responsabilidad alguna sobre lo que publican.
Se pueden dar el lujo de censurar a Donald Trump, como ha hecho Twitter, de penalizar contenidos como hace Google o de rechazar ideas, planteamientos, tesis o enfoques, como acostumbran Facebook y todas las demás, pero sin riesgo alguno.
Sólo para hacer caja y de forma bestial.
Pues puede que eso llegue a su término, si a la Unión Europea no le ‘tiemblan las piernas’ y sigue en la senda.
Deberán pasar todavía muchos meses, porque no ha sido hasta el pasado 22 de abril de 2022 cuando el Parlamento Europeo y el Consejo llegaron aprobaron la nueva Ley de Servicios Digitales.
Esa ley pretende establecer un entorno más seguro y abierto para los usuarios y condiciones equitativas para las empresas en la economía digital.
No se conocen todavía los detalles exactos del paquete legislativo, porque está todavía sujeto a la revisión técnica de los juristas, pero según el Parlamento la nueva norma afectará a las plataformas digitales, redes sociales y mercados en internet, que deberán tomar medidas para proteger a los usuarios lo que incluye el deber de retirar los elementos considerados ilegales o peligrosos.
También obligará a las grandes plataformas a informar sobre sus algoritmos a las autoridades europeas y nacionales para garantizar que no se violan los derechos de menores o de las reglas de privacidad de los demás.
«Lo que es ilegal fuera de la red debe ser igualmente ilegal en la red».
«El propósito es proteger el espacio digital contra la difusión de contenidos ilícitos y garantizar la protección de los derechos fundamentales de los usuarios».
Para alcanzar esos objetivos, las grandes compañías como Google, Facebook, Twitter o Amazon tendrán que rendir cuentas por el comportamiento de sus algoritmos y ejecuten mejores prácticas de moderación de contenido.
También se regula el procedimiento para que darse de baja de un servicio sea tan simple como suscribirse.
El texto de la Ley de Servicios Digitales va a ser pulido a nivel técnico y verificado por juristas-lingüistas.
Después volverá a los eurodiputados, para Parlamento y Consejo den su aprobación formal.
Entrará en vigor 15 meses después de su publicación.
Las plataformas y los motores de búsqueda podrán ser penalizados con multas de hasta el 6% de su facturación mundial.
En el caso de las plataformas en línea más grandes (con más de 45 millones de usuarios), la Comisión Europea tendrá el poder exclusivo para exigir el cumplimiento de esta ley.
